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Las tres claves de la Junta General de Accionistas del Real Betis

La mesa de la Junta del Betis de 2023 (Foto: Kiko Hurtado)
La mesa de la Junta del Betis de 2023 (Foto: Kiko Hurtado)
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Lo deportivo funciona, lo económico se está enderezando y en lo societario hay un nuevo sistema de mayorías que invita a la estabilidad. Este martes, el Real Betis Balompié celebra la Junta General de Accionistas de 2024, en la que se someterá a debate el ejercicio anterior en un clima de total tranquilidad. Quién ha visto y quién ve a este Betis, acostumbrado durante años y años en vivir en constante tensión; quién ha visto y quién ve a este Betis, en el que el pequeño accionista ha perdido poder hasta el punto de que la tantas veces presumida atomización del accionariado, ahora ha quedado prácticamente en algo anecdótico.

La cita comenzará a las 18.00 horas en el Barceló Hotel Renacimiento, en la Isla de La Cartuja, sede habitual de las asambleas de accionistas del club pese a que en los últimos años también se han celebrado en otros lugares como el Pabellón de San Pablo o el propio estadio Benito Villamarín. En el orden del día figuran 13 puntos, un año y cuatro meses después de que se aprobara una ampliación de capital que, ya finalizada, ha supuesto un punto de inflexión en la sociedad.

En ElDesmarque analizamos las tres claves de una Junta de Accionistas que se plantea muy jurídica y en la que, a buen seguro, Ángel Haro y José Miguel López Catalán sacarán adelante todos los puntos del orden del día, y en la que planeará en el ambiente el traslado al Estadio de La Cartuja de cara a la temporada 2025/26.

El club vuelve a presentar beneficios

Un mes antes de la Junta, el club hizo públicas unas cuentas que arrojaron una noticia principal: la entidad arroja beneficios por segundo año consecutivo. El beneficio al cierre de la temporada 2023/24 es bajo, apenas 320.000 euros, que no obstante prácticamente dobla la cifra de 170.000 del ejercicio anterior.

Hay dos claves para estas buenas cifras de la entidad. Por un lado, la ampliación de capital practicada en los últimos meses, y por otro el préstamo suscrito con Goldman Sachs con el que se refinancia la deuda. Una refinanciación de 125 millones de euros con unas condiciones ventajosas para el club -tres primeros años en los que solo se pagan intereses, y el 50% se paga al final, o se renueva- que ha permitido cancelar dos préstamos que ascendían a 90 millones de euros, con un interés medio del 12% y a pagar en un plazo reducido.

Alarcón y Catalán, en la Junta del Betis de 2022 (Foto: Kiko Hurtado)

Modificación estatutaria

El grueso del orden del día de la Junta está dedicado a la modificación de hasta 22 artículos de los estatutos. El asunto ha generado diversas opiniones con algunas voces críticas. Los cambios van desde la posibilidad de que pueda entrar accionistas extranjeros en el Betis, hasta el hecho de que pueda aprobarse el presupuesto sin pasar por la Junta.

El secretario del consejo de administración del Real Betis, Carlos González de Castro, explicó hace unas semanas que "la adaptación es necesaria”. “Lo que tienen que tener claro los accionistas es que nos adaptamos a la legalidad y a la operativa real del club. Habrá transparencia. Son anacronismos que hay que corregir", explicó. No obstante, hay mucho recelo entre grupos de béticos sobre estas modificaciones y la posibilidad de que el club sea vendido a inversores extranjeros en el futuro.

El nuevo mapa accionarial

Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en la Junta del año pasado (Foto: Kiko Hurtado)

Aunque la tendencia era esa, la Junta General de Accionistas representará negro sobre blanco el nuevo sistema de fuerzas en el accionariado del club. La ampliación de capital ha servido para reforzar la mayoría de Ángel Haro y José Miguel López Catalán, presidente y vicepresidente, que acumulan ya prácticamente el 40% del capital social de la entidad. Concretamente, un 39% al contar cada uno con el 19,5%. Y subiendo.

Esta nueva realidad social del club hace que los accionistas minoritarios pierdan parte de su cuota de poder en el Betis, que no hace demasiados años superaba la mitad del accionariado, y que ahora alcanza un 36%. Teniendo en cuenta la atomización del accionariado bético, ese 39% representa prácticamente un control absoluto de la entidad, ya que son muchas las acciones que no votan en las juntas de accionistas, bien por no estar representadas, o bien por estar ‘perdidas’. No obstante, Haro y Catalán cuentan con el apoyo de buena parte del resto de paquetes relevantes, por lo que no tendrán problema alguno en sacar adelante sus propuestas.