Las horas previas al partido entre el París Saint-Germain y el Real Madrid de octavos de final de la Liga de Campeones se desarrollaron sin incidentes de gravedad en las calles.En medio de impresionantes medidas de seguridad, los aficionados fueron llenando las casi 50.000 plazas del Parque de los Príncipes, en las que se sentaron unos 2.700 seguidores madridistas.
En los prolegómenos se pudo ver en las calles alguna bengala, pero sin incidentes mayores y siempre bajo control policial.
El PSG ha 'calentado' el partido, en el que tiene que remontar un 3-1 de la ida, con una campaña en las redes sociales y abrió dos de las curvas de su estadio a algunos aficionados radicales.
Además, medio centenar de ellos perturbó ayer el descanso el Real Madrid en su hotel de concentración con cánticos de "Puta Madrid" y con petardos y bengalas.
Dos de ellos fueron detenidos tras la intervención de los antidisturbios que hizo dispersarse al grupo.
En paralelo, un grupo más nutrido de radicales acudió al hotel de concentración del PSG, donde también hubo cánticos de guerra contra el Madrid.
Varios jugadores, entre ellos los porteros Alphonse Areola y Kevin Trump, el defensa Lanvin Kurzawa o el centrocampista Adrien Rabiot -autor del gol parisiense en el Bernabeu-, acudieron al encuentro y estuvieron un rato departiendo con los ultras, parapetados tras una pancarta en la que se leía "Puta Madrid".
El entrenador español del equipo francés, Unai Emery, restó importancia a la campaña y aseguró que el único fin es buscar la unidad de todo el fútbol francés ante la cita crucial contra el Madrid.
Su homólogo francés del Real Madrid, Zinedine Zidane, aseguró que su equipo está acostumbrado a este tipo de ambientes y dudó de que tengan efecto en el terreno de juego.
La campaña incluye también declaraciones de algunos responsables del PSG poniendo en duda el arbitraje de la ida.