Gareth Bale se convirtió en el gran protagonista de la pasada Champions League al marcar un doblete en la segunda mitad que significó el decimotercer título para el Real Madrid. El galés, nada más acabar el partido, aseguró además que se estaba planteando su futuro lejos del club blanco, pero la marcha de Zidane del club podría cambiar seriamente si situación.
El técnico francés había dejado claro en las dos últimas temporadas que Bale no era uno de los intocables del equipo, una situación que disgustaba de forma evidente al galés. Tras la final, dejó claro que necesitaba "jugar cada fin de semana" con continuidad y aseguró que se reuniría con su agente para valorar su futuro.
Ahora su situación es bien distinta. Bale esperará para ver quién es el nuevo entrenador del Real Madrid y comprobar cómo se suceden los acontecimientos. Fue una de las grandes apuestas de Florentino, que aún mantiene la confianza en él, y su deseo no es otro que ganarse también la confianza del próximo técnico.
Según publica el diario Marca, en el entorno de Bale valoran de forma muy positiva la llegada de Pochettino, que parece algo compleja a día de hoy. En cualquier caso, su decisión final se alargará a la espera de conocer al nuevo entrenador.