Estas fueron las claves del desplome del Real Madrid, goleado por el Eibar en Ipurua en la decimotercera jornada de LaLiga Santander:
Lo apuntó su capitán Sergio Ramos en un ejercicio de autocrítica y sinceridad tras la imagen dejada por un Real Madrid que desperdiciaba la oportunidad de reengancharse a la lucha por la Liga. Este Real Madrid ya no gana partidos por pegada ni calidad individual de sus jugadores. Cuando no iguala la intensidad del rival es un equipo vulnerable, que sufre ante cualquier rival y le concede oportunidades de creer en la victoria. Jugó desmotivado, sin fe, perdió duelos individuales, llegó tarde a balones divididos, mal posicionado nunca fue suya la segunda jugada y acabó siendo víctima de errores que costaron goles más una nula capacidad de reacción.
Fue un experimento en Balaídos y ante la ausencia de Casemiro por lesión la apuesta fallida de Santiago Solari. Dani Ceballos no tiene las condiciones futbolísticas de un medio centro defensivo, el pivote que debe dar equilibrio, hacer coberturas a sus compañeros, robar al rival y construir con velocidad, tapar espacios que se crean en el balance defensivo. Sufrió en Ipurua siempre presionado y el Real Madrid lo pagó. Toni Kroos posee mayor experiencia para esa demarcación, en el banquillo estaba Fede Valverde y en la grada, después de viajar, Marcos Llorente, dos especialistas de una posición con muchos automatismos ganados en años.
El único jugador del Real Madrid que mostró algo de orgullo fue Karim Benzema. El papel de líder que asumía la pasada temporada y años atrás Cristiano Ronaldo busca un futbolista que lo desee. Después de la frase de Marco Asensio y asegurar que por su juventud no es él quien debe tirar del carro, en Ipurua extendió una línea repleta de desconfianza con apariciones fugaces. En la misma se encuentra un Gareth Bale al que apuntan los focos tras dar un paso atrás como referente tras un inicio con personalidad. Luka Modric que debe liderar el juego sigue sin aparecer y acusó los dos partidos a vida o muerte de Croacia en la Liga de las Naciones. Y Ramos, líder natural del vestuario, no dio para achicar aguas en el centro de la zaga.
Curiosamente el Real Madrid fue más fiable con una defensa de circunstancias con la que llegó al parón -Odriozola, Nacho, Javi Sánchez y Reguilón-, que con el regreso de titulares como Raphael Varane y Marcelo al once. Volvió a las andadas y ya son 19 tantos los encajados en apenas 13 jornadas. 16 de ellos como visitante, 10 en las tres últimas jornadas lejos del Santiago Bernabéu. Los problemas defensivos madridistas comienzan en sus jugadores más adelantados. No ejecutan la presión adecuada del rival, se olvidan de cumplir con sus deberes defensivos y provocan inferioridad numérica en los ataques del rival por banda. Y acaban en los defensas, exigidos en cada acción al máximo y que cometen errores graves individuales en cuanto rebajan lo más mínimo su concentración.
Tras siete partidos marcando, el Real Madrid volvió a las andadas con la falta de pegada recordando al de las 8 horas y 1 minuto sin lograr un solo gol. El portero del Eibar, Riesgo, fue un espectador más, con tan solo tres disparos a puerta y ninguno en clara ocasión de gol. En cuatro visitas a Ipurua el conjunto madridista había marcado hasta doce tantos. En dos partidos le endosó cuatro al Eibar. Este curso le faltó fútbol para llegar con peligro y apenas Benzema en una buena acción técnica estuvo cerca del gol. En cuanto le llegaron los tantos del rival, se hundió.