El Real Madrid visita este domingo al Huesca en el que será el primer partido en la ciudad altoaragonesa. A pesar de que pueda parecer un rival, en teoría, menos complicado, los hombres de Solari están amenazados por dos 'maldiciones'.
Por un lado, se encuentra el recuerdo de la visita a Girona la pasada campaña. En el primer viaje del equipo blanco en Liga a Montilivi, el equipo albirrojo venció por 2-1. Isco adelantó a los blancos, pero Stuani y Portu remontaron y los tres puntos se quedaron en la ciudad catalana. Este año, el Real Madrid al menos pudo resarcirse con su goleada por 1-4.
El otro dato que inquieta al Real Madrid tiene que ver con los colores que defiende el Huesca. Los aragoneses visten de azulgrana, un color maldito para el cuadro merengue esta campaña. En tres partidos ligueros contra conjuntos que visten equipación de ese color, los blancos han sufrido las tres derrotas quizás más duras de esta campaña.
En medio de la racha negativa de Lopetegui, los merengues cayeron por 1-2 en el Santiago Bernabéu ante el Levante. Los primeros minutos condenaron al Real Madrid, que se vio 0-2 en el marcador muy pronto y no pudo reaccionar pese a romper con la racha de partidos sin marcar.
Si ese partido dejó prácticamente sentenciado a Lopetegui, la puntilla fue la goleada en el Clásico. El Barcelona goleó a los blancos por 5-1 en el Camp Nou en el último partido del vasco en el banquillo blanco.
Ni siquiera Solari se puede librar de esta maldición. Hace dos semanas, el Real Madrid cayó goleado en el estadio de otro equipo azulgrana, el Éibar, por 3-0, con una desconexión total de los jugadores.
El sorteo de Champions deparó precisamente un grupo con otros dos equipos que visten de azul y rojo y los blancos han sumado una de cal y otra de arena. Mientras que en la visita a Moscú los madridistas cayeron por 1-0 ante el CSKA, las cosas fueron mejor contra el Viktoria Plzen. El Real Madrid venció por 2-1 en el Santiago Bernabéu y 0-5 en tierras checas para terminar de cerrar el pase a octavos.