Ha tenido bastante claras sus ideas Santiago Solari hasta el momento. Un once predefinido, con algún cambio como el de Llorente motivado por las lesiones, y pocas oportunidades a aquellos que no se han ganado su confianza. En este último grupo aparece Isco Alarcón, que por una cosa u otra no parece ser del agrado del técnico argentino. Ahora, ante la lesión de Bale, al malagueño se le abre una nueva puerta en el once del Real Madrid.
Sólo dos veces ha sido titular Isco desde que llegó Solari al banquillo. Una, ante el Melilla en la Copa del Rey; otra, en el descalabro ante el CSKA en la Champions. Este domingo podría llegar la tercera, motivado por un ataque en el que Benzema está cada vez más huérfano -sus números esta vez sí le defienden- y con Lucas Vázquez fijo en el costado diestro. La baja de Bale abre un pequeño abanico de posibilidades para el entrenador, que tampoco puede contar con Asensio como su sustituto más natural y que parece no tener más remedio que apostar por Isco.
Porque si no es Isco, debería ser Vinícius Júnior. El brasileño llegó el pasado verano 45 millones de euros mediante, pero tampoco acaba de adaptarse a la metodología del Real Madrid. Su juventud le avala: es un fichaje de futuro y no hay que tener prisa con él, pero la poca confianza que han mostrado los dos técnicos en él también le dejan señalado. El club blanco cerró su fichaje cuando apenas tenía 16 años y despuntaba en Brasil antes de llegar al fútbol profesional. De momento, se ha quedado estancado en un Real Madrid donde cada minuto es oro, pero en el que parece haberse desinflado.
Así las cosas, Solari tendrá que decidir este domingo en el plebiscito del Bernabéu ante la Real Sociedad. Con su defensa de gala, Casemiro de vuelta en el centro del campo y Lucas Vázquez como pieza fija, la última duda del once es quién ocupará el sitio de Bale. La gran oportunidad sería para Isco; el regalo sorpresa de Reyes sería ver a Vinícius de inicio.