En el Real Madrid andan deshojando la margarita. Zinedine Zidane quiere un refuerzo para el centro del campo y hay hasta cuatro candidatos: Paul Pogba, Christian Eriksen, Tanguy Ndombélé y Donny van de Beek. Los favoritos son los dos primeros y parece que la carrera final la ganará uno de ellos.
El que gusta a Zidane es el jugador del Manchester United. Es el nombre por el que el técnico francés insiste al presidente.
Pero Florentino prefiere al danés del Tottenham. Por carácter, por lo que costaría su fichaje y por su entorno. Al mandatario blanco no le gusta tratar con Mino Raiola, agente de Pogba.
Eriksen, por su parte, quiere salir de Londres. El crack ha rechazado ya dos ofertas de renovación con la esperanza de salir del club en las próximas semanas. Además, sabe del interés del Madrid. Y lo más importante: cuenta con el trato de favor de Florentino. Y cuando un jugador es debilidad del míster, tiene mucho ganado para recalar en el Santiago Bernabéu.
Pero Pérez está esperando un gesto del jugador al margen de su negativa a renovar. Florentino quiere que el jugador también presione al máximo dirigente del Tottenham, Daniel Levy, y le allane el camino de cara a las negociaciones. Y es que en Chamartín saben muy bien como las gasta Levy en cuestión de fichajes, tal y como comprobaron en las contrataciones de Luka Modric y de Gareth Bale. Con el galés no aceptó la venta hasta el último minuto del mercado.
Y ojo, porque en la planta noble del Real Madrid no esperarán eternamente. Zidane quiere tener cerrada la plantilla para cuando todos los efectivos se hayan reincorporado al trabajo y los primeros ya están citados para el próximo lunes. El tiempo corre.
Así las cosas, o hay “fichaje en 15 días”, o el Madrid no esperará más a Eriksen. Si para mediados de julio el danés no se ha subido al tren madridista, este partirá para siempre.