Gareth Bale seguirá en el Real Madrid, como mínimo, hasta enero. Aunque este verano se daba por segura su marcha, de hecho, estaba cerrado su acuerdo con el Jiangsu Suning chino, finalmente se quedará y tendrá un rol importante. Se lo ha ganado con esfuerzo y trabajo, dos valores que raramente ha mostrado.
En los amistosos de pretemporada ya avisó que venía con fuerza. Dejó buenas actuaciones y buen sabor de boca, pero parecía que ni por esas iba a ser capaz de convencer a un Zinedine Zidane que ya lo tenía cruzado. Pero lo ha logrado.
Y todo hace indicar que lo volverá a ser este fin de semana ante el Villarreal. Mientras siga así, nada le moverá. Aunque, por si acaso, ya tiene un pacto con Florentino Pérez, pues nunca se sabe hasta cuando puede durar la racha. Si en enero las cosas han cambiado, tendría vía libre para negociar su salida.
Eden Hazard será indiscutible cuando regrese de su lesión, y Bale deberá de competir por un puesto con James Rodríguez, Vinicius Junior, Brahim Díaz, Isco Alarcón, Lucas Vázquez y Rodrygo Goes.
Casi nada…
En el caso de que la cosa se tuerza y acabe tomando la decisión de abandonar el Santiago Bernabéu, ‘El Expreso de Cardiff’ ya tendría varios destinos. Comenzando por el Tottenham, que no cierra las puertas al regreso de su hijo pródigo, aunque debería de concretar algunas ventas para poder pagar el traspaso y su salario.
El segundo es el Manchester United, que se ha quedado escaso de efectivos en ataque, donde solo cuenta con Jesse Lingard, Anthony Martial y Marcus Rashford, sin contar al joven e inexperto Mason Greenwood. Tras la venta de Romelu Lukaku y la cesión de Alexis Sánchez, ambos al Inter de Milán, disponen de dinero para poder pagarle el salario que pide y colmar las exigencias del Madrid.
Opciones hay de sobra.