El Real Madrid volvió a tropezar este domingo en LaLiga Santander al no pasar del empate -y gracias- ante el Villarreal CF en un partido en el que Gareth Bale se erigió en claro protagonista del duelo.
El futbolista galés, cuyo futuro estuvo durante gran parte del, todavía inconcluso, mercado de fichajes lejos del Santiago Bernabéu, se ha erigido en jugador clave del equipo de Zidane en este inicio de temporada y en el Estadio de La Cerámica volvió a ser providencial para el club blanco... antes de acabar siendo destacado por una cuestión negativa.
Y es que el de Cardiff logró anotar los dos goles de los suyos. El primero de ellos lo hizo al borde del descanso tras una gran jugada entre Luka Jovic y Dani Carvajal. Con ese gol, el cuadro merengue empataba el duelo, pero en el segundo acto el Villarreal volvería a adelantarse en el marcador para lo que poco después tuvo que volver a aparecer el galés culminando una buena transición tras recuperación de Modric con un fuerte disparo.
Pero lo peor estaría por llegar. En sólo dos minutos y por acciones muy similares, el galés vería dos tarjetas amarillas que le harían marcharse de forma anticipada a los vestuarios.
Su baja en la próxima jornada unida a la plaga de lesiones que tiene el Real Madrid en esa demarcación obligará a Zidane a reinventarse en caso de que, durante el parón de selecciones, no pueda recuperar a ningún futbolista.