El Real Madrid, con Zinedine Zidane a la cabeza, continúa sumando, mejorando y, por encima de todo, adaptándose para seguir en lo más alto. El curso avanza y el francés cuenta con una posición maldita: el lateral diestro.
Cuando Zidane miró su plantilla en verano lo tenía claro: Dani Carvajal es titularísimo en la banda derecha y Odriozola, tras una experiencia sin demasiado brillo en el Bayern, podía colaborar y jugar siempre que fuese necesario.
Por si ellos fuesen poco, el técnico podía usar a Nacho Fernández en dicha posición o incluso a Militao. Hasta Ferland Mendy podía jugar ahí. Y si todo salía mal, muy mal, Lucas Vázquez ya estaba adaptado al puesto.
Lo que no esperaba el entrenador es que a principios de noviembre Carvajal estuviese lesionado, Odriozola en vías de recuperarse, Nacho con algunas molestias, Lucas se lesiona ante el Huesca y Mendy, que sigue sano, está prácticamente obligado a jugar en la izquierda debido al nivel de Marcelo. El puesto maldito.
Con Lucas Vázquez prácticamente descartado para jugar ante el Inter, Zidane tendrá que volver a girar la tuerca y colocar a Militao -probablemente- como lateral diestro, dejando que sean Sergio Ramos, Varane y Mendy los otros tres miembros de la zaga madridista.
Si Militao también cae, la alarma acabará por encenderse y Zidane empezará a plantearse si es casualidad o, como diría aquél, hay alguien nombrando a dicha posición.