Los focos, obviamente, se los lleva Karim Benzema con su segundo triplete consecutivo en la UEFA Champions League, pero en el trabajo sucio hubo un futbolista en Stamford Bridge que vivió una noche “mágica”, como la calificó el galo al acabar el encuentro. Hablamos de Carlos Henrique Casemiro, que apareció en el momento clave y fue crucial en la victoria del Real Madrid ante el Chelsea. Carlo Ancelotti logra sacar lo mejor de él justo cuando su equipo más lo necesitaba.
Casemiro estaba viviendo una temporada difícil. Señalado en varios encuentros por no llegar al nivel que tenía acostumbrados. Mal físicamente y eso en un futbolista como el brasileño es primordial para no llegar ese segundo tarde en el que, desde la posición de centrocampista defensivo, quedas expuesto.
Hasta la ida de los cuartos de final contra el Chelsea, Casemiro llevaba seis entradas con éxito; solo en Londres firmó tres. La entrada de Fede Valverde le dio un respiro a la hora de no tener que ampliar tanto su mapa de calor y este firmó su mejor encuentro.
Un rendimiento que le sirvió también como liberación, como demostró con una celebración de rabia tras el partido. Apretó los puños y gritó con intensidad tras el choque, consciente del nivel que había mostrado. La mejor versión de Casemiro había vuelto para alegría de Carlo Ancelotti y de todo el madridismo.
Como la mayoría de jugadores, el medio brasileño publicó un mensaje en sus redes sociales tras el encuentro en el que resaltó el buen hacer de todos: "Una gran noche del equipo. Quedan 90 minutos difíciles en el Bernabéu. ¡Hala Madrid! "