Carlo Ancelotti por fin reacciona. Al técnico del Real Madrid le han acusado durante toda la temporada de inmovilismo, de no mover sus piezas y apostar siempre por los mismos jugadores. Ante el Chelsea se vio obligado a mover ficha y su plan salió a la perfección. Fede Valverde ha demostrado en la eliminatoria que ya está para ser titular y Eduardo Camavinga, por su parte, que merece más minutos en un centro del campo que ya no es tan intocable.
Con Valverde ya en el terreno de juego, la opción de Camavinga volvió a aparecer en escena para Ancelotti. Repitió la sustitución que hizo en la remontada frente al París Saint-Germain y, sin querer haber tenido la necesidad de llegar a ese punto, le salió bien también frente al Chelsea.
Casualidad o causalidad, la realidad es que su entrada le cambió la cara al Real Madrid. El galo encarna las cualidades del centrocampista moderno que engloba técnica y físico y, por la posterior marcha de Casemiro en busca de la remontada, pudo desplegar el juego que más le gusta.
Jugó a sus anchas en el centro del campo e hizo gala de su buen hacer en el robo de balón. Es más, de una interceptación suya -también por un buen posicionamiento, nació el gol de Benzema que le dio el pase al Real Madrid a su décima semifinal de UEFA Champions League en 12 años.
Una actuación que le encasilla como el revulsivo para las remontadas, pero que también genera el debate de si, a sus 19 años y en su primera temporada con la camiseta blanca, merece más. De momento, 37 partidos, 12 como titular y un total de 1379 minutos; números que aumentarán después de demostrar contra el Getafe el pasado sábado (con victoria 2-0) que puede suplir con garantías de inicio a cualquiera de la histórica ‘CMK’ -Casemiro, Modric y Kroos-.
Camavinga sigue así, siendo futbolistas diferentes, los pasos de Valverde. El uruguayo se ganó su sitio, que venía reclamando hace semanas, en la ida de cuartos en Londres y parece que ya nadie le va a sacar de ahí, al menos en lo que le quede de ‘Champions’ al Real Madrid.
Su físico y entrega le hacen indispensable para el nivel de exigencia de Europa y esto le ha hecho ganarse un puesto de todocampista. Ocupa el lugar en el once titular del teórico extremo derecho, pero el uruguayo juega por donde quiere, y le necesita su equipo.
Valverde es el típico futbolista que si en la televisión impresiona, en el campo su dimensión se magnifica. Es donde se nota que siempre tiene una marcha más que el resto, como demostró en una prórroga en la que, gracias a su rendimiento, se explica en buena parte la clasificación del Real Madrid.
En los últimos diez minutos del tiempo extra, con el Chelsea volcado en busca de un gol que forzase los penaltis, recuperó cuatro balones y dos de ellos fueron midiéndose con un Christian Pulisic que llevaba solo 27 minutos sobre el césped del Santiago Bernabéu.
Una superioridad que no se explica en que el resto del partido su desempeño fuera menor. Es más, fue el futbolista que más kilómetros recorrió (14). Él mismo lo explicó en sus redes sociales tras el partido: “Lo dejaré todo, hasta que no me den más las piernas”.