El Real Madrid comunicó tras la conquista de la 14ª UEFA Champions League en París que acudirá a su encuentro con la afición madridista en La Cibeles el domingo, antes de realizar una fiesta de celebración en el estadio Santiago Bernabéu.
Todos los actos por la conquista de la Liga de Campeones en el Stade de France, ante el Liverpool, se realizarán el domingo para dar paso a las vacaciones. Los jugadores del Real Madrid visitarán la Catedral de la Almudena, la sede de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento desde las 18:15 horas.
Está previsto que los campeones lleguen alrededor de las 20:15 horas a la fuente de la Cibeles, en un segundo encuentro tras la celebración de LaLiga Santander. A su conclusión, se estima que sobre las 22:00 horas, el autobús descapotado que llevará a los jugadores por la capital de España, llegará al Santiago Bernabéu para una gran fiesta como broche.
La fuente de la diosa Cibeles recibió ya en la madrugada del sábado al domingo a miles de aficionados del Real Madrid que se dieron cita para celebrar la consecución de la 14ª Liga de Campeones por parte del conjunto blanco, que venció en París por 1-0 al Liverpool.
La locura, en directo, en la plaza de Cibeles. #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/16Dh1pLRT2
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 28, 2022
Pero los aficionados se echaron a las calles de forma masiva al acabar el encuentro en París para festejar el título, llenando la propia fuente y sus aledaños en Paseo de la Castellana y la Calle Gran Vía.
Los gritos de “¡Reyes de Europa, somos Reyes de Europa!”, “¡Campeones, campeones¡”, ”¡Cómo no te voy a querer si fuiste Campeón de Europa por decimocuarta vez!” protagonizaron los festejos a la vez que los aficionados madridistas siguieron acordándose del francés Kylian Mbappé, como en el resto de la jornada, antes y durante el encuentro.
El galo rechazó fichar por el Real Madrid, haciéndolo oficial el pasado sábado, y los aficionados del conjunto blanco, dolidos por su decisión, le insultaron en sus cánticos.
Celebraciones que inundaron las calles más céntricas de Madrid con fuertes medidas de seguridad para controlar, en la medida de lo posible, el aforo y que todos los fanáticos se reunieran alrededor de Cibeles, permitiendo así la movilidad tanto de personas como de vehículos.