Protagonista por su fútbol, su forma de jugar y los encontronazos con los rivales, Vinícius Junior volvió al Santiago Bernabéu tras estar en el foco por el intenso partido del lunes frente al Rayo Vallecano, y contra el Cádiz CF no cambió ni mucho menos su actitud, apoyada por la afición del Real Madrid que se dio cita para ver el último encuentro de su equipo hasta después del Mundial de Qatar.
Él busca a los rivales, y estos hacen lo propio conscientes del temperamento del extremo brasileño. Así lo reflejó que en los primeros instantes del partido contra el equipo andaluz, ‘Vini’ se llevó una patada. “No tenemos un plan anti Vinícius”, dijo el segundo entrenador del Cádiz, Diego Ribera, minutos antes de que diera comienzo el choque; pero el ‘20’ madridista estaba en el foco de todo.
Como lo estuvo en Vallecas, donde el propio Ancelotti tuvo que calmar a su jugador tras recibir tarjeta amarilla del colegiado para no ser expulsado por sus protestas; y tuvo momentos calientes con varios futbolistas franjirojos.
Tras estos episodios, Ancelotti defendió a Vinícius en rueda de prensa: "Está pasando que parece que Vinícius es un provocador cuando la realidad es que es el jugador que recibe más faltas, bofetadas y empujones”, comentó a la par que reconoció que tiene que “mejorar” en su comportamiento sobre el verde para evitar este tipo de situaciones.
Aunque el mensaje no pareció calar en Vini. Dos acciones en las que encaró a los defensas rivales acabaron con el brasileño en el suelo y con este protestando ostensiblemente al colegiado. Hasta que en el minuto 28 explotó.
Fali cargó con dureza contra Rodrygo cuando el balón no pasaba por su zona, Vinicius lo vio y al finalizar la acción se fue a recriminárselo al central español; encarándose con él y formando una tangana entre varios jugadores. El resultado: la tercera amarilla del curso, y la segunda consecutiva. Ambas muy temprano, minuto 11 y 28 respectivamente, dejando a Vinicius a una protesta excesiva o un error de ser expulsado.
Él brasileño aprovechaba los parones para recriminar al colegiado las faltas recibidas, con un Iván Alejo que se acabó llevando la cartulina en la segunda mitad tras un par de entradas a destiempo sobre el extremo.
Pero Vini es Vini. Pasó de estar pasado de revoluciones a la resignación. Alentó a la grada antes de un saque de esquina alzando los brazos y pidiendo el empuje de los suyos con 0-0. Una actitud de entrega que él demostró sobre el terreno de juego en cada acción.
En unos días se incorporará con Brasil para jugar su primer Mundial, y siendo una de las grandes estrellas de una siempre favorita al título como la ‘canarinha’, pero, por lo demostrado en el Santiago Bernabéu, su cabeza no estaba en Doha.
Una entrega y pasión por el Real Madrid que sus aficionados le reconocieron y agradecieron. Cada falta sobre Vinícius era más protestada que con el resto de los jugadores; a la vez que cada acción suya era aplaudida con más ganas. Fruto también de un partido sin mucha magia, ocasiones ni ritmo. La carga de partidos hace mella en los futbolistas justo antes del parón; mientras que Vinícius mantiene esos momentos diferentes que le hacen ser tan querido.