"La Supercopa nos dio mucha confianza la pasada temporada", dijo Carlo Ancelotti en su primera comparecencia pública en Riad esperando que este 2023 ocurriese algo parecido en un torneo al que su equipo no llegaba "a tope" y acabó siendo superado con una claridad manifiesta por un Barcelona que hizo sangre de la herida que arrastraba el Real Madrid.
En una temporada que la iba a marcar cómo volvían los equipos por el parón del Mundial, al Real Madrid se le está atragantando este regreso. Ganó al Valladolid 0-2 en una vuelta a la competición en la que solo la calidad de Courtois y Benzema les sostuvo; no valió esta frente al Villarreal, derrota 2-1; sí para eliminar al Valencia en la Supercopa en la tanda de penaltis en un partido en el que las carencias salieron a relucir para que cuatro días más tarde las explotara el Barcelona en la final (1-3).
Un resultado que no refleja la diferencia que hubo entre ambos equipos dentro del terreno de juego.
Sin dominar la posesión holgadamente -54% para el Barcelona- los de Xavi Hernández, que destacó en repetidas ocasiones el "cómo" le ganaron al Real Madrid, en referencia al "extraordinario" nivel de juego mostrado por los suyos, se impusieron de principio a fin.
25 balones perdidos en la primera parte, 17 faltas cometidas por llegar tarde a los duelos... datos que reflejan la falta de competitividad del Real Madrid que se vio en el césped del estadio Rey Fahd.
Ayudado el Barcelona, eso sí, por una defensa del Real Madrid inexistente con errores de bulto, en los tres goles concedidos, que dejó otras dos paradas salvadoras de Courtois en nada. Evitó la goleada, pero recibir dos tantos con disparos del rival dentro del área pequeña, liberados, es un reflejo de que la solidez defensiva está muy lejos de llegar al conjunto de Ancelotti.
En los últimos 14 partidos ha recibido 16 goles y solo ha dejado su portería a cero en dos de ellos, Valladolid y Cacereño.
El técnico italiano no ha ocultado en sus comparecencias públicas que recuperar el tono defensivo es clave para ganar títulos, como hizo el Real Madrid la pasada temporada; aunque poco queda, más allá de los mencionados Courtois y Benzema, de aquel equipo que ganó Liga y UEFA Champions League, con el subidón que les dio hacerse con la Supercopa de España al arrancar el año, ganando en semifinales a, precisamente, el Barcelona.
Y el calendario del conjunto blanco no deja lugar a la recuperación que se aprecia con claridad que necesitan las piernas, y seguramente cabezas, de los jugadores del Real Madrid; superados en ambos aspectos por un Barcelona que, por la sincronización entre sus piezas, no parecía llevar 638 días sin ganar un trofeo.
Al Real Madrid ya se le ha escapado uno, el primero del año, y dentro de cuatro días podría decir adiós al siguiente el próximo jueves en una Copa del Rey, a partido único, en la que vuelven a visitar a un Villarreal; el rival que les ganó antes de la Supercopa de España, provocando el consecuente enfado de Ancelotti por ese "cómo" ganar, y perder, que tanto ensalzó Xavi el domingo en Riad.
Después, los de Ancelotti visitarán en Liga al Athletic Club y recibirán a una Real Sociedad que acumula ocho partidos sin perder. Y, entre medias, si logran eliminar al Villarreal, más Copa del Rey.
Partidos cada tres días con un Mundial de Clubes que asoma la primera semana de febrero con otro viaje para las piernas, esta vez a Marruecos.
Modric, quien sirve como termómetro para evaluar el estado en cuanto a juego del equipo, refleja el cansancio del equipo. Fue suplente en semifinales y solo jugó 65 minutos frente al Barcelona.
Esto, unido a errores impropios como los de Mendy, Carvajal, Rüdiger o Ceballos, ponen en evidencia la realidad: Necesita recuperar el Real Madrid y no tiene tiempo.