El Real Madrid disfrutó de una plácida noche en el Santiago Bernabéu. Una noche sin presión, con LaLiga prácticamente descartada, que no impidió que goleara con solvencia al Celta de Vigo. Eso sí, a medio gas. Sin complicaciones, gracias en parte a que el conjunto celeste apenas ofreció oposición y con un protagonista sobre el resto: Marco Asensio.
El futbolista balear está cambiando su sino en este tramo final de temporada. Asensio ha sido fundamental con un tanto y una asistencia, confirmándose ante Carlo Ancelotti como uno de los mejores suplentes de Europa. El italiano no cuenta con él en los partido importantes, pero aún así, ha conseguido participar directamente en diez goles en LaLiga durante todo este año (siete goles y tres asistencias).
El Real Madrid vivió una primera mitad cómoda, en la que se fue haciendo dueño del balón poco a poco. Cogió el dominio ante un Celta que se dedicó a defender atrás, pero que vio como el cuadro de Carlo Ancelotti consiguió batir su muro en una fantástica combinación blanca. El primer gol llegó en el 42' cuando Camavinga recupera en el área blanca, arranca y la cede para Ceballos, que ve rápidamente a Vini y este a su vez la deja atrás para que Asensio anote el 1-0.
Tras el descanso, sin tiempo casi para reaccionar, en el 48', llegó el segundo del Real Madrid, en un buen centro de Marco Asensio desde el córner que Militao entró con todo para batir con un gran cabezazo la portería de Iván Villar. Y para poco más dio la segunda mitad, más allá de las intentonas de Vini por sorprender a la defensa celeste o el mano a mano de Iago Aspas en el que se topó con Courtois.