No me gustan las despedidas. Y menos si son inesperadas. Si, encima, son un domingo... apaga y vámonos.
¿En qué momento la vida -o Karim Benzema- nos ha plantado un 4 de junio de 2023 para convertirlo en el día más triste del año? ¡Pero si las vacaciones están a la vuelta de la esquina! Pues nada.
¿La salida de Mariano? Se veía venir. ¿La de Hazard? Menos, pero ya ni duele, solamente apena. ¿La de Asensio? Se esperaba. Joder, pero la de Karim... ¡Si hasta nos hizo creer hace unos días que todo lo de Arabia eran rumores!
Comunicado Oficial: Benzema.#RealMadrid.
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) June 4, 2023
Pero volvamos al principio. No al de Karim en el Real Madrid, que por suerte o por desgracia uno tiene memoria de pez y apenas recuerda aquellos días, si no al de este texto. Como decía, no me gustan las despedidas y menos si son inesperadas y si son un domingo. Debería estar prohibido que el partido frente al Athletic en el Santiago Bernabéu vaya a ser el último de Benzema como jugador del Real Madrid. Por ser domingo y por inesperado.
Lo cierto es que el bueno de KB9 se ha ganado el derecho a decidir lo que le dé la gana sobre su futuro y cuando le dé la gana. Como para no.
Lo que ha hecho en el Real Madrid es historia del fútbol. Ha hecho poesía en un terreno de juego. Ha emocionado como pocos jugadores. Ha sido capitán. Ha jugado de 9, de 10 y de lo que ha hecho falta. Ha marcado. Ha asistido. Ha sido un líder. Ha sido un ejemplo para sus compañeros (nada más que hay que pasarse por los perfiles en redes sociales de algunos jugadores para leer lo que le escriben). Ha ganado todo lo ganable. Ha sido Balón de oro. Y ha sido capaz de hacer cambiar de opinión a todos los que decían que no tenía nivel para jugar en el mejor club del mundo, que así dicho parece fácil pero solamente él sabe lo que cuesta. Qué leyenda.
Algún día le contaré a mis hijos que yo vi, disfruté y me emocioné viendo jugar a Karim Benzema en el Real Madrid. Ha sido un placer.
"Yo juego para la gente que sabe de fútbol"