La fecha que marcó hace unas semanas el PSG para vender a Kylian Mbappé por fin ha llegado pero la vida sigue igual. Desde que un 12 de junio el francés envió la famosa carta que dinamitó todo asegurando que en 2024 se marcharía libre, Al Khelaifi impuso el 31 de julio como el día clave para zanjar el culebrón con el galo, un objetivo que no cumplirá y que deja muy tocado a los parisinos.
Desde el pasado mes de junio, el club francés ha dedicado cuerpo y alma en forzar otra pronunciación pública del futbolista, ya sea para renovar o anunciar su salida. Aún así, ninguna de su tácticas de presión ha funcionado ya que su silencio ha sido sepulcral.
Una vez llegado al último día del mes de julio, Kylian ha conseguido aguantar y expirará su opción de extender su contrato con el Paris Saint-Germain hasta 2025, dejando cerrado oficialmente que el 30 de junio de 2024 se marchará libre si se quedase en el Parque de los Príncipes la próxima campaña. Además de dejar plantado al club francés, Al Khelaifi tendrá que pagarle la mitad del bonus de fidelidad: 40 millones de euros.
Un doble golpe que deja muy señalado a Al Khelaifi como el presidente que no pudo convencer a la estrella de la Selección de Francia y del PSG para quedarse en su ciudad natal.
Mbappé hizo oídos sordos a las amenazas que ha soportado durante los últimos 30 días, desde dejarle fuera de la gira por Japón hasta retenerle en el banquillo toda la temporada. Por ello, no se descarta que a partir del uno de agosto, la postura pública de Kylian cambie radicalmente respecto a su deseo de terminar su actual contrato.
Ahora sí, el futuro de Mbappé está completamente en sus manos y ya ha dejado claro rechazando a Arabia Saudí que el dinero no es su prioridad, o eso ha querido demostrar a los aficionados del Real Madrid para conseguir su perdón. Ambas partes siguen en silencio de cara al público pero con pequeñas señales de que la relación está completamente rota.
Al Khelaifi no tiene ninguna intención de que Luis Enrique cuente con él en el comienzo de la Ligue 1, programado el próximo 12 de agosto contra el Lorient en casa. El nerviosismo crece entre la directiva parisina mientras Florentino Pérez espera con tranquilidad absoluta a que acepten la oferta de 225 millones de euros, una postura inamovible ya que, en caso de rechazo, cuentan con la llegada de Kylian para 2024 sin tener que soltarle ni un euro al PSG.
El tiempo en contra corre cada vez más rápido y ahora ninguna de las partes tienen nada que perder si se desvinculan este verano. Todo está saliendo de perlas para el jugador y el Real Madrid mientras el club galo se ha visto poco a poco arrastrado por la estrategia rival. Mbappé solo quiere jugar en el Santiago Bernabéu y, por mucho que Al Khelaifi quiera buscarle otra salida ya sea en calidad de cedido o en compra, el PSG está avocado a entenderse con el conjunto merengue.