Salvo la posible grave lesión de Éder Militao, el partido del Real Madrid en San Mamés en el arranque liguero estuvo plagado de buenas noticias. Un Rodrygo enchufado de cara al gol, la seguridad del equipo atrás a pesar de la lesión de Courtois... aunque, sin duda, lo más destacado fue el partidazo de un Jude Bellingham que se bautizó en La Catedral.
El futbolista inglés parece que lleva una década jugando en el equipo blanco, casi tanto como Luka Modric y Toni Kroos, a los que sustituyó como líder del centro del campo merengue ante la suplencia de ambos. Desde el principio se le vio entonado y su gol para hacer el 0-2 fue solo la muestra de lo que es capaz de dar.
Tanto en ataque como en defensa, Jude Bellingham comenzó a responder a los más de 100 millones que el Real Madrid ha pagado por él. Tanta importancia tiene en el equipo que Carlo Ancelotti incluso ha cambiado su clásico 4-3-3 esta temporada para darle la manija del equipo colocándole en el vértice ofensivo de ese rombo que hemos comenzado a ver.
Su presencia le dio al Real Madrid un carácter físico que permitió pasar por encima del Athletic, sobre todo en la primera mitad, con escuderos como Tchouaméni, Camavinga y Fede Valverde. En ataque incluso se proyectó por momentos como 'falso 9' abriendo a las bandas a dos puñales, Rodrygo y Vini y, por si fuera poco, también colaboró en tareas defensivas. Un 'todocampista' que promete mucho de cara al futuro y que no pudo tener mejor debut.