El Real Madrid esquivó en el último suspiro ante el Getafe su primer traspié de la temporada. Después de tres victorias como visitante, encontró en su estreno de local un nuevo escenario al que debe acostumbrarse. Rivales que juntan líneas, defienden con intensidad, cierran espacios y ante los que debe mostrar variedad de armas ofensivas para desarticular. Lo logró Ancelotti desde la entrada de Toni Kroos, pegando a banda izquierda a Rodrygo, encontrando en la derecha la profundidad de Dani Carvajal y gracias al estreno goleador de Joselu Mato.
Sin apenas centros para rematar, perdonando el más claro en el primer acto de Fran García, el gallego acabó marcando con el oportunismo de goleador que necesita un Real Madrid con pocos efectivos ofensivos.
Tras las lesiones en pretemporada de Dani Ceballos y Arda Güler, la grave lesión a días de arrancar la Liga de un jugador clave como Thibaut Courtois, seguida de la de otro pilar defensivo como Eder Militao, la rotura muscular sufrida por Vinicius han dibujado el peor panorama que podía imaginar Ancelotti. Su equipo se ha sobrepuesto con un pleno de triunfos en cuatro jornadas y un arranque que se equipara a su mejor registro.
En su primer curso, en 2013, venció las tres primeras jornadas ligueras y empató en la cuarta frente al Villarreal. En el segundo, tras ganar la final de la Supercopa de Europa ante el Sevilla, empató frente al Atlético de Madrid en la ida de la Supercopa de España que perdía en el Vicente Calderón. En Liga tras arrancar con un triunfo, perdía dos partidos consecutivos en el peor inicio de temporada como técnico blanco.
Tras su regreso, en 2021, LaLiga que acabó conquistando, su primera en España, ya cedió un empate en la segunda jornada. Y en la pasada campaña, en 2022, el técnico italiano firmó sus mejores números. Tras vencer al Eintracht en la final de la Supercopa de Europa, inició LaLiga con seis jornadas de triunfos intercaladas con dos victorias de la fase de grupos de la Liga de Campeones.