El calendario y la enfermería aprietan al Real Madrid. Tras este primer parón de selecciones, tras jugar cuatro jornadas en cuatro semanas, la Champions entra en escena y la temporada coge ritmo: el equipo de Carlo Ancelotti disputará siete partidos en cuestión de 20 días. Como todos los equipos europeos, claro. El problema para el italiano es que sólo dispone de 15 jugadores de campo en perfectas condiciones físicas.
El cuadro blanco arrancará este tourmalet recibiendo a la Real Sociedad en casa el domingo al Union Berlín el miércoles en el arranque de la Champions. Posteriormente jugará tres jornadas ligueras seguidas: ante el Atlético en el Metropolitano, ante la UD Las Palmas en casa y frente al Girona en Montilivi.
Antes del parón de selecciones el Real Madrid disputará dos partidos más: visitará al Nápoles en el que a priori es el partido más complicado de la fase de grupos y recibirá a Osasuna en casa. Todo ello, insistimos, en cuestión de tres semanas.
Un calendario apretado al que el Real Madrid está acostumbrado, faltaría más. El problema es que en este caso lo hace justo de efectivos. Courtois, Militao y Arda Güler estarán mucho tiempo de baja, mientras que a Vinícius no se le espera hasta el mes de octubre, sin intención de forzar su estado físico por posibles recaídas.
A estos cuatro lesionados hay que añadir los casos de Dani Ceballos y Ferland Mendy. Los dos están trabajando con el grupo e incluso podrían entrar en la convocatoria de este mismo domingo, pero también necesitarán una pequeña pretemporada para alcanzar su mejor tono físico, pues llevan muchas semanas de baja.
Esto deja al equipo en cuadro. Más allá de los dos porteros, Ancelotti sólo tiene en plenas condiciones físicas a Carvajal, Rüdiger, Nacho, Alaba, Fran García y Lucas Vázquez como defensas, Tchouaméni, Kroos, Camavinga, Bellingham, Valverde y Modric como centrocampistas y apenas Rodrygo, Joselu y Brahim como atacantes.