El Real Madrid se ha ido al parón de selecciones con un balance muy positivo en la portería. Con el temor antes de que comenzase la temporada con la fatídica lesión de Thiabut Courtois que le dejaría fuera casi toda la temporada, Florentino Pérez apostó por Kepa como su sustituto con la esperanza de que el daño fuese mínimo. Dos meses después de su fichaje, el vasco ha caído de pie con los números como su aval.
Desde el principio Carlo Ancelotti había decidido que el vasco sería el guardameta titular del equipo merengue. Salvo la primera jornada contra el Almería, donde fue titular Lunin, el exjugador del Chelsea puede presumir de haber dejado cuatro porterías a cero en los siete partidos de Liga que ha disputado: Celta, Las Palmas, Girona y Osasuna (los tres últimos de forma consecutiva).
El único mal partido liguero en el que se marchó cabizbajo fue en el derbi frente al Atlético, donde encajó tres goles por falta de entendimiento entre la defensa merengue. Sumando a los goles que recibió contra Getafe y Real Sociedad, Kepa ha recibido cinco goles en contra, haciendo que el Real Madrid sea el equipo menos goleado de la competición (seis).
Un seguro bajo palos que impone su ley y que ha tenido paradas de éxito que han salvado a los blancos en más de una ocasión y que ha demostrado que tiene nivel para solventar la ausencia del belga.
A pesar de que existen más momentos buenos que malos con Arrizabalaga, lo cierto es que también tiene carencias que debe corregir si no quiere salir en la foto con más balones aéreos, su gran talón de Aquiles.
El ejemplo perfecto fue su picia en el primer gol del Nápoles en Champions League. En un córner salió a despejar con los puños pero su inseguridad derivó en que no fuese lo suficientemente contundente para sacar el balón limpio y terminó siendo gol en contra. Una jugada que tampoco pudo solventar contra los rojiblancos (los tres goles fueron de cabeza).
A diferencia de Courtois, uno de los mejores porteros del mundo en balones divididos por arriba, Kepa necesita ganar más confianza, liderar su zaga para imponer su ley en las jugadas a balón parado y evitar un desajuste que le señale como el gran culpable. Aún así, en este arranque de temporada está demostrando más luces que sombras.