A veces, aunque uno haya ganado 5 Champions League, 3 ligas españolas o un balón de oro, como es el caso de Luka Modric, hay cosas que no van a dejar de sorprender. El Real Madrid entrenó anoche en el peculiar estadio del Sporting de Braga para preparar el encuentro ante los portugueses en el partido correspondiente a la jornada 3 de la fase de grupos de la Champions League.
La reacción de los jugadores y cuerpo técnico del Real Madrid en la llegada al estadio no tiene desperdicio alguno. Atónitos, algunos miembros de la plantilla no podían dejar de mirar las curiosas gradas del campo. Kepa Arrizabalaga, incluso, confesó que le resultará raro jugar sin gradas detrás de la portería. Ancelotti, por su parte, bromeó con la peculiar forma del estadio.
Sin embargo, Luka Modric fue el más claro con sus gestos de sorpresa e incredulidad. El croata no está pasando por un buen momento en el Real Madrid: ha perdido su puesto como titular y no ha conseguido jugar los 90 minutos de un partido, reemplazado por la irrupción de centrocampistas jóvenes como son Bellingham, Valverde, Camavinga o Tchouaméni.
Acostumbrados los futbolistas merengues a disfrutar de la tecnología y la calidad de un Santiago Bernabéu, los jugadores del Madrid tendrán que disputar el partido de hoy en un estadio bastante pintoresco.
El Estadio Municipal de Braga, con una capacidad de 30.000 espectadores, tienen solo dos tribunas colocadas en los laterales interconectados por un camino subterráneo. Los fondos quedan libres para dejar paso a la luz y al paisaje. Un entorno de pura naturaleza donde los 22 jugadores juegan rodeados de montañas y sobre una antigua cantera de granito.
No obstante, los jugadores del Madrid no han sido los únicos sorprendidos por este estadio. Barack Obama también elogió a su arquitecto, Eduardo Souto de Moura, quien recibió el Premio Nobel de Arquitectura en 2005.