Está siendo una temporada más que complicada para Rodrygo Goes en el Real Madrid. Considerado hasta ahora el mejor socio de Vinicius Júnior, el carioca volvió a dejar una imagen decepcionante en el césped de Mestalla. Su nivel sigue desplomándose cada partido que juega de titular y, con Brahim Díaz acechando su puesto desde hace tiempo, Carlo Ancelotti tiene un problema que le lleva avisando desde hace ya varios meses.
Lejos quedó aquella imagen goleadora que brillaba cuando su amigo Vini estaba lesionado, época en la que asumió el rol de líder y maravillaba a todos los aficionados merengues con sus zarpazos para decir "aquí estoy yo". Sin embargo, esa irregularidad que tanto daño le ha hecho durante toda la campaña empieza a dejar sensaciones más negativas que positivas, algo que crea ya runrún por los aledaños del Bernabéu.
También es cierto que su situación empeora a la vez que se llevan la gloria y el amor del madridismo tanto Vinicius como Jude Bellingham. El primero se ha convertido en un icono del Real Madrid y una de las imágenes del club blanco, que ve en él como el "7" que tanto se esperaba tras la marcha de Cristiano Ronaldo (algo muy complicado) mientras que el inglés se ha ganado a pulso estar un escalón por encima de Rodrygo por su hambre en el campo que se transmite tanto en goles trascendentales como en ser incansable y dejarse todo por el equipo. Eso genera que la nueva dupla de éxito ya no sea Vini-Rodrygo, sino Vini-Bellingham.
En goles generados está empatado con su compatriota a 21: Rodrygo suma trece goles y ocho asistencias mientras que Vinicius acumula 14 goles y siete asistencias (con cinco partidos menos). Por encima de ambos está Jude con 28, veinte anotaciones y ocho repartos de gol.
Otro que no para de empujar por atrás es Brahim Díaz, uno de los que más están explotando en los últimos meses. No tuvo un comienzo fácil pero poco a poco se ganó la confianza de Carletto para empezar a sumar minutos y roles más importantes en el equipo aprovechándose de las lesiones que había arriba.
Ya es algo habitual ser el recambio de Rodrygo y cada vez le vemos entrar antes para desatascar los partidos complicados, generando un conflicto sobre quién debería ser el titular con el brasileño en caída libre y con el malagueño subiendo como la espuma. Un soplo de aire fresco con un futbolista que está demostrando tener más olfato en los últimos metros y la chispa que ha perdido el ex del Santos.
Rodrygo aún tiene muchos meses por delante para hacer un cambio radical y volver a ser ese jugador explosivo. Por delante quedan los meses más importantes de la temporada y recuperarle sería muy valioso para los de Ancelotti que desean verle de nuevo sonreír con sus goles.
Nadie duda de que su talento es demoledor, un jugador que trabaja en silencio y que ya ha escrito su nombre en la historia en el Real Madrid tras su doblete ante el City en las semis de Champions que acabó en La Décimocuarta. Ahora, y con la incertidumbre de Kylian Mbappé, todos los ojos están en que será él el sacrificado del esquema cuando el francés fiche.
Incluso no empieza a sonar una locura una venta si un club viene con más de 100 millones de euros por su fichaje este verano. Rodrygo quiere seguir en el Real Madrid pero su nivel le hace un daño que cada vez va a más.