Jude Bellingham perdió en Wembley la final de la Eurocopa en 2021. Por entonces, no era ni una opción para Gareth Southgate, que no le utilizó en la final y le dio tres ratos durante el torneo. Bellingham, tres años después de aquella sonora decepción, de haber podido entrar en la historia de dar a Inglaterra casi sesenta años después un título, volvió a llorar en Wembley, esta vez de alegría frente a un Borussia Dortmund del que se despidió hace un año... también entre lágrimas.
El centrocampista inglés aguantó el llanto hasta que en una de las esquinas visualizó a su familia, esa que entró al estadio cinco horas antes de que empezara el partido para saborear cada minuto de un día que sabían que estaba destinado a ser mágico. Porque el Real Madrid no juega finales, las gana; y esa inercia no la iba a cambiar la llegada de uno de los mejores jugadores del mundo.
Precisamente lo hizo ante su exequipo, el Borussia Dortmund, del que no pudo despedirse la temporada pasada sobre el campo. El centrocampista se perdió el duelo decisivo ante el Mainz en el que perdieron la Bundesliga con todo a favor por una lesión y ahí se le vio la impotencia de no poder liderar sobre el campo.
Bellingham, que fue el último que enfiló el túnel de vestuarios tras el calentamiento, pasó desapercibido durante 83 minutos. Fruto del cansancio de un temporada interminable, las lesiones que le han lastrado en el tramo final de curso o simplemente por un mal partido, el inglés estuvo mal, hasta que tuvo que aparecer.
Un regalo de Maalen, entregado ya al destino del campeón, que vio la presa y la sangre con el 0-1 y la devoró, propició que pudiera ver a su izquierda la entrada de Vinicius Júnior, al que no dudó en entregarle la llave para sentenciar esto.
Sustituido justo después del gol, el inglés se fue ovacionado y con Wembley a sus pies. Ya había jugado buenos partidos aquí con la selección, mejores que los de este sábado, de hecho, pero nunca había atrapado la gloria como sí lo hizo con el Real Madrid. Tuvo que venir el club blanco para conseguir que un inglés por fin pueda ser feliz en Wembley.
Acabado el partido, se desbordaron las emociones. En cuanto TNT puso un micrófono delante al inglés, se vino abajo. "He aguantado hasta que he visto a mis padres en la grada", dijo Bellingham, mientras buscaba con la mirada a Mark, su padre; Denise, su madre; y Jobe, su hermano.
From boyhood dreams to reality ❤️ pic.twitter.com/iJcH4aDpNt
— VERSUS (@vsrsus) June 1, 2024
"Intento ser un ejemplo a seguir para mi hermano pequeño. Es muy difícil describir con palabras lo ocurrido hoy. Es la mejor noche de mi vida", admitió el inglés.
Su familia, sin embargo, podrá contar con orgullo que las cinco horas de espera merecieron la pena. Su hijo se proclamó campeón de Europa. En Wembley se puede llorar de dos maneras posibles y Bellingham ya conoce ambas.