El Real Madrid se ha dado cuenta de la importancia que supone tener a Fede Valverde en el campo. Consagrado como un capitán sin brazalete por parte de la afición merengue, el charrúa se está acostumbrando de nuevo a ser el encargado de desatascar los partidos en una etapa en el que los de Carlo Ancelotti aún no han demostrado ser una arrolladora.
Y el mejor ejemplo que lo demuestra fue el último partido de Liga ante el Real Betis en el Santiago Bernabéu. Una victoria que fue posible gracias a la genialidad del '8' para que Kylian Mbappé se estrenase delante de la afición y evitar un empate que hubiese sembrado el pánico en el club.
Una labor que confirma lo que le ha pedido Carletto ahora que no está el alemán: goles y más presencia arriba. Aunque se trata de su primera asistencia de la temporada (también suma dos goles en cinco partidos), en Fede Valverde se ha empezado a notar una transformación que le coloca como un rompemuros. Y los números lo demuestran.
Si hace dos temporadas tuvo que ejercer en banda derecha, el Halcón ya se ha instalado como interior pero sin el impedimento de ser uno más en primera y segunda línea. Y detrás de ello hay trabajo de Carletto de que sea más atrevido a la hora de intentar romperla, como lo hizo en la segunda jornada ante el Real Valladolid pegando una falta directa que rompió el empate.
Después de cuatro partidos, en LALIGA no hay nadie como él. Si solo contamos los pases que se producen en el último tercio, Fede Valverde es el mejor pasador del campeonato con 94 de 109 realizados. Y respecto a desplazamientos verticales en campo rival también es el número uno con 117.
Si la temporada pasada no fue la mejor de cara a puerta (tres goles y ocho asistencias en 54 partidos), en esta quiere demostrar que es un jugador vital en este Real Madrid.
Ancelotti sabe que es necesario en un equipo que está ahora más enfocado en atacar y jugadores incombustibles como él se hacen notar. De hecho, su importancia en el campo es tanta que es uno de los cuatro jugadores en toda la plantilla que ha jugado todo (450 minutos), algo que solo han hecho Courtois, Rüdiger y Militao.
Tanto para defender como atacar, el compromiso de Valverde es total, de todoterreno. Toni Kroos le entregó el '8' para catalogarle como su heredero y está respondiendo con el trabajo que no se llevan los focos, pero sí el mérito.