Endrick, el último de Ancelotti: 9 minutos en cinco partidos

Endrick Felipe ha llegado con la máxima ilusión al Real Madrid. Pese a que dejó algunas dudas en sus primeras participaciones en pretemporada, el brasileño ha aprovechado al máximo sus minutos en los partidos oficiales, marcando un gol y generando peligro cuando le ha tocado saltar al campo. Apariciones que, eso sí, han sido muy limitadas: apenas suma 9 minutos en los cinco primeros partidos y es el jugador con menos minutos de la plantilla de Carlo Ancelotti, sin contar a los lesionados.

Dicho de otra forma: Endrick es la última opción de Ancelotti. No jugó en la Supercopa de Europa y tampoco tuvo minutos en la primera jornada de LaLiga frente al Mallorca, por lo que hubo que esperar al tercer partido para verle debutar. Y lo hizo a lo grande, eso sí: entró al campo en el 86' en el partido ante el Valladolid y le dio tiempo a marcar el tercer gol en el tiempo de descuento.

Sus apariciones han sido similares desde entonces: volvió a entrar en el 86' en el duelo ante Las Palmas, con empate en el marcador, y no entró hasta el minuto 89 al partido frente al Betis, que para entonces ya estaba visto para sentencia. No se puede decir que Ancelotti le haya dado los 'minutos de la basura', pues en dos de las tres ocasiones aún estaba todo en juego, pero sí es cierto que parece condenado a entrar en esos últimos instantes.

Endrick, la última opción de Ancelotti

Sin contar a Lunin, que aún no ha debutado como a segundo portero, y a los jugadores lesionados, Endrick es el futbolista con menos minutos del Real Madrid esta temporada con sólo 9 minutos, si bien es cierto que aquí no se cuentan los minutos de descuento. Está a mucha distancia del siguiente en esta lista, un Dani Ceballos que suma 71 minutos y que ahora estará casi dos meses de baja.

También está lejos de los 100 minutos de un Arda Güler que acabó bastante enfadado en el duelo ante el Betis. Aquel día, Ancelotti prefirió dar entrada a Endrick en el 89' en lugar de al turco, que se quedó sin jugar y se fue directamente a vestuarios sin saludar a la grada. Un gesto que evidencia la dificultad del técnico italiano para repartir los minutos en un ataque en el que Vinícius y Mbappé son fijos y Rodrygo parece mostrarse celoso reclamando un papel más importante.