Rüdiger pasa las "palizas" al entrenamiento: el utillero Manolín, su última víctima
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Antonio Rüdiger ha protagonizado una nueva paliza
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En esta ocasión, el utillero Manolín sufrió los golpes del alemán
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La polémica de los penaltis en el Madrid-Stuttgart: Bellingham reclamó uno y el VAR anuló otro a Rüdiger
Después de dos temporadas en el club blanco, todos los integrantes del equipo conocen bien a Antonio Rüdiger. El defensa central ha retado a un policía, ha zarandeado a Ancelotti y ha conducido por la Castellana sin manos.
Además, el alemán es conocido por sus "palizas" en las celebraciones. Siempre que un jugador del Real Madrid anota un tanto se suele abrazar con sus compañeros. Con todos menos con Rüdiger.
A Mbappé ya le tocó sufrir al central desde el primer día. Ya en la final de la Supercopa de Europa frente al Atalanta, donde los de Ancelotti se impusieron por 2-0, Antonio Rüdiger le comenzó dando dos collejas para seguir con tortazos en la espalda, riñones e incluso en las piernas al delantero francés para celebrar su primer gol en el Real Madrid.
La paliza de Rüdiger al utillero del Real Madrid
Sin embargo, lo que parecía ser una tradición dentro de los terrenos de juego, ahora Rüdiger lo ha llevado al entrenamiento. Con la diferencia que ahora pega palizas al que pille, sin necesidad de celebración.
Durante la sesión de esta mañana, las cámaras de ElDesmarque han captado como el defensa alemán le ha soltado dos guantazos a Manolín, uno de los utilleros del equipo.
Puedes ver el vídeo de la paliza de Antonio Rüdiger al utillero Manolín en el vídeo situado en la parte superior de la noticia.
Endrick y Militao se la devuelven
En ocasiones (muy contadas), no es Rüdiger el que recibe las collejas. El pasado martes, el defensa central adelantó al conjunto blanco ante el Stuttgart en el primer partido de la Champions League después de que el conjunto alemán igualase el partido.
El alemán se fue a celebrarlo al córner y, cuando se arrodilló, tanto Endrick como Eder Militao aprovecharon para cobrarse su venganza e inflarle a collejas. Mbappé también le dio alguna, aunque no tan fuerte como los brasileños.
Es una persona despreciable darle dos bofetadas a una persona que tiene una vida y familia solo porque se cree gracioso o porque es muy tonto