Vinicius, una máquina de tarjetas amarillas en la segunda era de Ancelotti

Vinicius Júnior se ha convertido en uno de los jugadores más observados del mundo, tanto por su brillante fútbol como por su acciones tanto dentro como fuera del campo. El último caso en el que se le vio envuelto en una polémica fue en el partido de este martes ante el Deportivo Alavés, donde se jugó la segunda amarilla tras reírse del cuatro árbitro al señalar el tiempo de descuento.

Ya en la primera cartulina las tuvo con el árbitro por protestar una falta, convirtiéndose probablemente en el jugador del Real Madrid al que más miran con lupa con diferencia. Y es que verle terminar con una amarilla se ha convertido ya en prácticamente una costumbre, con cuatro tarjetas en nueve partidos y una media de 0,4 por encuentro. Todas ellas por protestar y que son parte de un dato alarmante del brasileño.

Y es que Vinicius ya es el jugador del Real Madrid con más amarillas de la segunda era de Carlo Ancelotti, es decir, desde la temporada 2021/22. En la cuarta temporada del técnico italiano, el delantero brasileño lidera el ranking con 26 cartulinas y una roja (27 en total) por delante de compañeros como Camavinga (24), Nacho (18 amarillas y dos rojas), Modric y Carvajal (16).

Incluso, desde los otros equipos transmiten que no hay suficiente castigo para el extremo, del que destacan sus continuos gestos hacia la grada, rivales y colectivo arbitral quedan impunes, destacando que hubo encuentros que no debía haber acabado en el campo.

Vinicius no se aleja del foco

Al brasileño no han parado de atacarle en este arranque de temporada, desde que insinuó que no debía celebrarse el Mundial en España por casos racistas, son varias las personalidades que se han pronunciado para señalar el comportamiento del futbolista.

En el Real Madrid ya le han transmitido que debe guardarse algunos gestos en el césped para no perjudicar al equipo, pero Vinicius considera que se le está protegiendo poco del acoso y derribo de sus rivales. El domingo se encontrará con uno de los terrenos más hostiles de su carrera: el Cívitas Metropolitano. Escenario donde la tensión estará por las nubes, donde no se espera que Vinicius pase inadvertido.