El madridismo tiene claro quién es su mayor rival en LaLiga: "Al Barcelona por cómo juega, aunque tenga una mala racha”
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El madridismo considera su gran rival en Liga
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División de opiniones
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La victoria del Atlético de Madrid frente al Barcelona en la jornada 18 de LaLiga no solo tuvo implicaciones en la lucha por el título. También ha generado un intenso debate entre los seguidores del Real Madrid. El ascenso competitivo del Atlético en los últimos años ha diversificado las opiniones sobre quién es el verdadero rival de los madridistas.
El Barcelona, siempre el gran rival
Para muchos madridistas, el Barcelona sigue siendo el principal enemigo deportivo, incluso en su actual etapa de inestabilidad. “Yo al Barcelona porque luego el Atlético de Madrid tiene sus partidos con los pequeños que acaba cayendo. Yo al Barcelona por cómo juega, aunque tenga una mala racha”, comentó un aficionado.
Los enfrentamientos entre Real Madrid y Barcelona no solo trascienden lo deportivo, sino que han simbolizado durante décadas una pugna entre dos estilos de juego, filosofía y hasta identidad.
La alegría por el Atlético
Sin embargo, el triunfo del Atlético por 1-2 ante el Barça fue recibido con cierto agrado por una parte de los aficionados del Real Madrid. Uno de los aficionados lo expresó de manera contundente: “Una alegría del Atlético de Madrid, que los pobrecillos se lo merecen. Cuando lo de la Copa de Europa y todo aquello, me hubiera gustado que se la hubieran llevado, pero bueno, soy blanco hasta la médula”.
El auge del Atlético en los últimos años ha puesto a los colchoneros como un rival cada vez más relevante. Algunos aficionados madridistas prefieren que el Atleti prospere antes que el Barça: “Yo preferiría el Atlético, el Barcelona que pierda hasta al parchís”.
Además, el triunfo del Atlético en Montjuic ha consolidado a los rojiblancos como líderes de LaLiga, una posición que refuerza la rivalidad con el Madrid en la lucha por el campeonato. No obstante, algunos aficionados creen que el Atleti tiene dificultades para mantener la regularidad necesaria para ser un rival constante, especialmente contra equipos de menor nivel.