La pesadilla del Real Madrid con los penaltis

El Real Madrid enfrenta una creciente preocupación con su desempeño desde el punto de penalti en la temporada 2024/25. Con tres fallos en momentos decisivos, los blancos han dejado escapar oportunidades cruciales que podrían haber cambiado el rumbo de partidos importantes. El último episodio se vivió en Mestalla, donde Jude Bellingham falló un penalti que pudo significar el empate contra el Valencia, aunque luego se redimió al marcar el gol del triunfo en el tiempo añadido.

Una estadística preocupante

El Real Madrid afronta un inicio de año con una asignatura pendiente: los penaltis. Hasta el momento, el conjunto blanco ha lanzado 11 penaltis en todas las competiciones, con un balance de 8 convertidos y 3 fallados, lo que representa una efectividad del 72,7%. Sin embargo, esos tres errores han llegado en circunstancias similares: con el equipo perdiendo 1-0 y necesitado de empatar.

Los protagonistas desde el punto de penalti

La responsabilidad de los penaltis en el Real Madrid recae sobre varios jugadores, cada uno con resultados variados. Kylian Mbappé ha sido el lanzador principal, pero su eficacia del 60% (3 de 5) ha dejado dudas, especialmente después de sus fallos contra el Liverpool en Anfield y el Athletic en San Mamés, ambos encuentros terminados en derrota.

Vinicius Junior, con un perfecto 3 de 3, es el jugador más fiable desde los once metros. Sin embargo, su frecuencia como lanzador ha sido menor, posiblemente por decisiones estratégicas de Carlo Ancelotti. Jude Bellingham, por su parte, acumula una efectividad del 50% (1 de 2). A pesar de su fallo en Mestalla, el inglés demostró carácter al recuperarse y liderar la remontada blanca.

Los momentos claves en el Real Madrid

Lo más alarmante no son solo los errores, sino el contexto en el que se han producido. Cada penalti fallado ha llegado en momentos cruciales, con el marcador en contra y la oportunidad de igualar el partido. Mbappé falló en Anfield con el equipo perdiendo 1-0 ante el Liverpool, y lo mismo ocurrió en San Mamés contra el Athletic. En ambos casos, el Real Madrid no logró remontar.

El último ejemplo ocurrió en Mestalla, donde Bellingham, en un momento de máxima presión, estrelló su disparo en el poste izquierdo. A pesar de ello, la perseverancia del equipo permitió un final feliz con un gol del propio Bellingham en el tiempo añadido.