El Real Madrid acosaba pero no atinaba, ese fue el resumen durante más de una hora de partido en el que tuvo el control del juego y de las ocasiones pero que no era lo suficientemente capaz como para abrir el marcador ante el Mallorca. Teniendo en juego un billete para enfrentarse al Barça en la final de la Supercopa de España, los de Carlo Ancelotti veía como pasaban los minutos y el balón no entraba...hasta que llegó la jugada más rocambolesca del encuentro.
En otra de las cabalgadas del conjunto blanco, que se veía incluso algo apagado después de una primera parte muy intensa en campo rival, una recuperación de Rodrygo en mediocampo sirvió para montar un contragolpe letal en el que Vinicius se sacó en línea de fondo un centro al corazón del área que cazó su compatriota para cabecear con la mala suerte de estrellarse en el palo izquierdo.
Un rechace que, cuando cazó Kylian Mbappé adelantándose a Lucas Vázquez, tenía hasta cinco jugadores rivales más el portero para evitar que tuviera un fácil disparo. Greif pudo detener el segundo y casi sin querer el lateral volvió a toparse con otro lanzador tan letal como Jude Bellingham, incluso obligó al capitán a tener que saltar para evitar que ese tercer intento fuese en vano.
Y a la tercera fue la vencida que, con mucha más suerte, el disparo del inglés se coló entre las piernas del portero y de Maffeo ante de acabar al fondo de la red. Un gol que dio el alivio necesario para que el Real Madrid lograse el pase a la gran final en otro Clásico en el que estará en juego el primer título del año.
A la una, a las dos y a las tres.
𝐁𝐞𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠𝐡𝐚𝐦 echa la puerta abajo.#superSupercopa pic.twitter.com/XkwY7ulXDS— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 9, 2025