Kylian Mbappé y Vinicius, goleadores del Real Madrid se llevaron la mayoría de los aplausos del público madridista durante los 90 minutos del choque entre el conjunto blanco y el Celta de Vigo antes de que el partido se fuese a la prórroga. Pero un exfutbolista, muy querido por la afición, tuvo su minuto de gloria.
Marcelo Vieira no quiso perderse el choque copero del Real Madrid. Junto a sus hijos, el brasileño disfrutó de un partido que parecía estar cómodamente ganado por el club blanco hasta los últimos minutos, donde Bamba recortó distancias y Marcos Alonso lo llevó a la prórroga desde el punto de penalti.
Pero antes de que pasase todo eso y el encuentro se volviese loco, en el minuto 70 del partido, cuando el balón estaba parado, la cámara de la retransmisión enfocó a Marcelo en la grada con sus hijos. Entre ellos se encontraba Enzo Alves, quien milita en las inferiores del Real Madrid entre el Cadete A y el Juvenil B, donde ya ha sido convocado en la presente temporada.
Aprovechando que el juego no estaba en movimiento, se pusieron a mirar sus respectivos teléfonos móviles, hasta que Liam, el pequeño de sus hijos, les avisó de que estaban siendo enfocados por las cámaras del estadio.
Como un aficionado más, Marcelo y Enzo miraron a las pantallas sonrientes mientras se señalaban, hasta que el exlateral del Real Madrid se giró para saludar a los aficionados.
Fue entonces cuando Marcelo volvió a sentir el calor del Santiago Bernabéu en sus carnes. Los siguientes segundos, el público del estadio del Real Madrid olvidó el partido para centrarse en una de sus grandes leyendas y brindarle una emotiva ovación.