Por primera vez desde que es entrenador del Oviedo, Granero escuchó gritos de la afición contra su persona, él no se plantea arrojar la toalla: "Me veo con fuerzas, estoy fastidiado pero tranquilo. Las aficiones son soberanas y siempre tienen razón, estos tres puntos estaban adjudicados antes de comenzar, entiendo a la gente y no pongo peros a la situación". Además, el técnico tampoco quiso cargar contra su plantilla: "Tengo que arroparles y defenderlos, son los que nos tienen que sacar de aquí esté yo o no esté". El preparador azul no sabe si el consejo adoptará algún tipo de medida drástica sobre su puesto: "No temo por mi situación, es algo de fútbol, estoy preocupado pero más por levantarse que por otra cosa, llevo muchos años en esto, estos partidos dejan tocado al entrenador y a los jugadores, se han metido conmigo y con los jugadores, entiendo todas las situaciones, siempre estás preparado para todo y más en este tipo de situaciones pero estoy tranquilo y con ganas".
El técnico valenciano sí reconoció que el encuentro de hoy en Noja es el que peor sensación le deja desde que dirige al Oviedo, "estoy dolido y tocado, esta sí que es una situación de crisis difícil. Habíamos ganado dos partidos y ahora es vuelta a empezar pero desde más atrás, hay un ambiente en contra, la gente pone en duda todo, hay gritos contra el entrenador, no me sorprende porque sabíamos las consecuencias de no sacar este partido, nos resta mucho crédito".
El Oviedo cometió un error muy habitual en este tipo de encuentros, "las excesivas ganas te llevan a no hacer las cosas lógicas, queríamos marcar el segundo gol antes que el primero. Sabíamos lo importante que era ganar hoy porque hemos remado unos cuantos partidos para llegar a éste y empezar a recoger frutos, éramos conscientes de todo ello y no supimos manejarnos, al final eso es lo que genera este ambiente".