Marianín fue el artífice del ascenso de la Cultural a Segunda A en 1971 y sus 36 goles le sirvieron para fichar por el Oviedo, con el que debutó en Primera División. Tras cinco años como oviedista regresó a la CUltural y se retiró una campaña después jugando en el equipo de su localidad natal, Fabero.
La presencia de Marianín no fue el único acto de homenaje que se dio ayer en el Tartiere. En el descanso del encuentro, el presidente del club entregó una placa como homenaje al fundador de la peña azul Bochum, Víctor Mesa, a sus familiares al cumplirse el primer aniversario de su muerte.