Chisco García IIISumar siempre es positivo, pero cuando sólo consigues un punto en casa ante un rival que pelea por lograr la salvación parece poco botín. Eso fue lo que pasó al Oviedo ante la Cultural. El equipo de Robert Robles dominó el encuentro de principio a fin pero le faltó claridad para generar más ocasiones claras de gol y puntería para concretar las que tuvo. La cabeza de la tabla se comprime salvo para el Racing de Santander que aventaja en nueve puntos a los azules.
Había ganas de ver cómo reaccionaba el equipo después de encajar la primera derrota con Robles en el banquillo. La puesta en escena respondió a lo esperado y la formación inicial sólo presentó dos cambios con respecto a Zamora. Annunziata recuperó la titularidad, una vez cumplido su partido de sanción; mientras que Sergio García fue el elegido para suplir al renqueante Alain Arroyo.
El guión del encuentro fue el esperado. Salvo en contadas ocasiones, la Cultural esperó al Oviedo en su propio campo y acumuló hombres en defensa para tapar las vías de pase. El trabajo defensivo de los de Luis Cembranos fue muy bueno y por eso acabaron mereciendo el punto que se llevaron del Carlos Tartiere.
Dos tímidos remates de cabeza, de Héctor Simón y de Señé, fueron las primeras llegadas a las inmediaciones de Toño, pero el susto gordo lo dio la Cultural. En un buen contragolpe, Góngora irrumpió en el área oviedista y sirvió para el remate de Diego Torres, el, delantero no supo aguantar la posición, se adelantó unos metros y el tanto fue invalidado por fuera de juego.
Casi sin tiempo para recuperarse del susto, la acción cambio de área. Sergio García corrió un balón en profundidad, superó la salida de Toño y disparó casi sin ángulo, el balón cogió un efecto extraño y tras botar se estrelló en el larguero pero salió fuera.
Las tablas era más que justas cuando se acabó el primer acto y el escenario cambió poco en la continuación. La Cultural intensificó su trabajo defensivo y casi renunció a buscar el ataque, pero a cambio mostró una solidez impropia de un equipo tan modesto.
El Oviedo seguía acumulando posesión pero lo hacía en las zonas del campo que mejor les venía a los visitantes. El equipo no encontraba la chispa de Annunziata y los centros que llegaban en las incorporaciones de los laterales nunca fueron muy precisos.
Pardo pudo desequilibrar el duelo con un cabezazo que se marcó rozando el larguero y la opción más clara llegó en un disparo de Susaete que Toño desvió en la mejor intervención del encuentro.
Con el pitido final, la angustia azul por ver como se escapa el primer puesto se acrecentó al comprobar que los perseguidores no fallaron y la cabeza vuelve a comprimirse y nadie tiene claro qué equipos serán los que peleen por el ascenso a Segunda A.