La trayectoria de Michu en el fútbol profesional ha llegado a su fin. El propio futbolista se ha despedido este mismo martes de los terrenos de juego en una emotiva carta en la que, como no podía ser de otra forma, ha tenido un recuerdo especial para el Real Oviedo, el club que le vio nacer futbolísticamente hablando y el club en el que dio sus últimos pasos como profesional.
Y es que la trayectoria de Michu, que llegó a ser internacional con la selección española compartiendo vestuario con varios campeones del mundo, no se entiende sin el propio Real Oviedo. Criado en las categorías inferiores del club carbayón, su círculo como futbolista comenzó en el Carlos Tartiere, el mismo lugar donde marcó su último gol.
Tras dos temporadas vistiendo la camiseta del primer equipo y un traumático descenso a Tercera División, Michu abandonó la capital asturiana para poner rumbo al Celta de Vigo, con el que debutaría en Primera División. En su primer año estuvo a caballo entre el primer y el segundo equipo, aunque acabó haciéndose hueco en el primer equipo celeste, en el que estuvo tres campañas consecutivas.
De Vigo partió a Madrid para vestir la elástica del Rayo Vallecano. Solo estuvo una temporada en Vallecas, pero fue posiblemente una de las mejores de su carrera. Allí anotó 17 goles, lo que despertó el interés de varios clubes europeos a la vez que empezaba a desviar algunas miradas del seleccionador nacional.
Su primera aventura internacional le llevó hasta Gales. El Swansea se hizo con los servicios del delantero asturiano, aunque allí comenzó su calvario con las lesiones. Anotó 18 goles en su primera aventura en la Premier y fue convocado con la selección española antes de que empezara su declive.
Las lesiones empezaron a aparecer en su camino y le apartaron de los terrenos de juego en una segunda campaña en el Swansea donde solo anotó seis goles. El club galés le cedió al Nápoles, donde probó fortuna en la Serie A, pero su tobillo apenas le permitió disputar seis partidos con la camiseta napolitana.
Fue entonces cuando Michu se dio cuenta de que si quería volver a sentirse futbolista, tendría que empezar desde abajo. Durante el verano de 2015 decidió emprender un nuevo rumbo en el Langreo, de Tercera División, con el que volvió a celebrar goles en la cuarta categoría del fútbol español.
Su llegaba al Oviedo, hace apenas un año, se antojaba como el regreso del hijo pródigo, aunque su inicio de campeonato se quedó en promesa. Anotó dos tantos en su primer partido, pero su cifra goleadora de la temporada se quedó en tres. Las lesiones le hicieron desaparecer de los planes de Hierro durante la segunda vuelta, donde apenas se dejó ver por el terreno de juego.
Ahora, Michu pone y punto final a su carrera y cierra el círculo en el mismo lugar en el que comenzó: el estadio Carlos Tartiere.