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Mariga: tantas condiciones físicas como irregularidad

José Miguel Carretero | @carreterojm8

Resultaba evidente que el Real Oviedo debía reforzar su línea de mediocampo y dotar de mayor presencia física a la demarcación de mediocentro, para competir con mayores garantías la próxima temporada. Con esa idea el club carbayón se hace con los servicios del centrocampista keniano McDonald Mariga.

 
Como muchos futbolistas africanos de condiciones prometedoras, los primeros inicios de Mariga en el fútbol europeo lo llevan a una liga escandinava, concretamente a la liga sueca. Son muchos los jugadores africanos que tienen la primera oportunidad europea en estas ligas menores y Mariga supo aprovechar bien sus dos temporadas en Suecia para dar el salto a un gran campeonato continental, firmando por el Parma de la liga italiana. Las siguientes temporadas en el Parma fueron las mejores de su carrera, demostrando sus imponentes cualidades físicas, su amplia presencia en la zona ancha del terreno de juego y su buen trato de balón. Esto le hizo ser un futbolista seguido por clubes punteros europeos.
Tan sobresalientes fueron sus temporadas en Parma que el por entonces imperioso Inter de Milán de José Mourinho no dudó en acometer un cuantioso fichaje para incorporarlo en el mercado invernal de la temporada 2010. Aquel Inter era un soberbio equipo, dominador en Italia y en Europa, cuya potente plantilla con nombres en el mediocampo como Zanetti, Cambiasso, Sneijder, Stankovic o Muntari hicieron muy complicado el asentamiento de Mariga en un equipo tan cotizado. Aunque con menos participación de la deseada, Mariga integra ese magnífico Inter que se proclama campeón de liga, de copa italiana y de la Champions League. Convirtiéndose de este modo en el primer jugador keniano en disputar la máxima competición europea de clubes.
Sin poder acumular los minutos esperados, la temporada siguiente jugaría en la liga española tras ser cedido a la Real Sociedad, club en el que a pesar de sumar una notable cantidad de partidos no cumple con las ilusionantes expectativas generadas, no llegando nunca a adaptarse al juego del equipo ni a la liga. Para intentar reverdecer su carrera retorna a Parma, dónde empieza a volver a tener actuaciones de calidad y continuidad, pero una inoportuna lesión frena su progreso. Esta irregularidad, con idas y venidas entre equipos donde no termina de asentarse, le lleva el pasado curso a jugar en la segunda división italiana en el caótico US Latina.
Analizando al McDonald Mariga que se recuerda en el Parma y en su primera temporada en el Inter de Milán, se apreciaba a un valioso futbolista que destacaba fundamentalmente por sus amplias cualidades físicas que le otorgaban empaque y recorrido en la posición de mediocentro. Futbolista fuerte pero además ágil pese a su envergadura. Mediocentro que no se limitaba únicamente a las facetas defensivas de su demarcación, pues poseía dinamismo para actuar en zonas más adelantadas, un buen trato de balón, criterio y un importante disparo de media distancia.
Este es el Mariga que se recuerda, pero no se sabe el que se encontrará ahora en Oviedo tras varios años con más grises que claros en los que no ha tenido continuidad ni competitividad suficientes. Aún tiene 30 años, buena edad para la demarcación que ocupa y aún más amparado en un físico privilegiado que deberá poner a punto para conseguir su mejor estado de forma. Un Mariga con confianza, implicado y a pleno rendimiento físico sin duda daría un salto importante a las prestaciones de la medular carbayona. Pero su irregularidad en los últimos años le hace ser una incógnita.

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