El Real Oviedo consiguió en su visita a El Arcángel los primeros tres puntos de la temporada, al imponerse al Córdoba por 2-4. Los azules jugaron un partido práctico, en el que aprovecharon al máximo sus ocasiones. Quizá no fue un juego tan vistoso como el del partido ante el Extremadura, pero sí mucho más efectivo, lo que demuestra que el conjunto azul puede acoplarse a diferentes registros.
El dibujo fue el mismo y los once elegidos también. Anquela había anunciado que no haría muchos cambios y de hecho no hizo ninguno, reafirmando así la idea de la pretemporada y del arranque de campaña. El 4-3-3 volvió a plasmarse sobre el terreno de juego, con Tejera como ancla, escoltado por Javi Muñoz y Boateng.
El partido se puso de cara pronto; en el minuto seis con el primer gol de Saúl, en una clara declaración de intenciones de lo que se vería en el encuentro. El Oviedo aprovechó un balón parado mal ejecutado por el Córdoba para lanzar una contra de vértigo, por mediación de Berjón y Bárcenas. Zarpazo y 0-1 tempranero para manejar el partido. Porque eso fue lo que hizo el Oviedo en la primera mitad. No se preocupó porque la posesión fuera local y se dedicó a estar bien ordenado buscando nuevamente salir a la contra. Los azules no sufrieron e incluso ampliaron la ventaja con el gol de Bárcenas.
En la segunda mitad sí que llegaron ya los envites del equipo de Sandoval. Ahí el Oviedo se mostró algo más vulnerable, sobre todo en el balón aéreo, algo en lo que los azules tienen que mejorar. Pero pese a ese acelerón del Córdoba, el Oviedo siguió gestionando bien el encuentro, liderado por un Javi Muñoz que volvió a ser de los mejores. En los minutos de agobio del Córdoba el madrileño emergió para hacerse dominador de la pelota.
Nuevamente la velocidad le dio réditos al Oviedo en esta segunda mitad, con dos tantos más para cerrar el marcador. Un partido en el que se sumaron los tres puntos y en el que se vio a un Oviedo que se adaptó al guion de un partido típico de la categoría fuera de casa.