El Real Oviedo cayó en Tarragona en su visita al Nástic, equipo que llegaba colista en la clasificación. Sin despachar un mal partido, los azules mostraron varias caras, y pudiendo haber sido cualquiera el signo del resultado, acabó siendo una derrota. Además una derrota dura por la manera en la que llegó, en el último minuto del descuento y de una forma de la que ya han volado puntos esta temporada; a balón parado.
Los azules llevan tres partidos consecutivos encajando gol a balón parado. Contra el Rayo Majadahonda ese tanto de los madrileños, también en el descuento, significó la derrota. Contra Osasuna condenó al equipo a remontar en el Carlos Tartiere, algo que consiguió de forma agónica y ante el Nástic volvió a a restar un punto del casillero de los azules. Un bagaje que se amplía si se atiende a más partidos de la temporada.
El Extremadura en la primera jornada también anotó a balón parado, restando en esta ocasión dos puntos, ya que el Oviedo iba ganando. Misma situación que el tanto del Elche, por lo que se podría cuantificar el bagaje de puntos perdidos a balón parado en seis puntos. Dicha cantidad, si se hubiera sumado, tendría al Oviedo asentado en el play off y cerca de los puestos de ascenso directo. Y por supuesto con unas sensaciones de no ser un equipo endeble. Córdoba y Zaragoza también habían penalizado de esta manera.
Unos errores que se trabajan, pero que se siguen repitiendo, como reconocía Anquela al término del partido: "Más de lo que lo hacemos, es difícil. Estamos trabajándolo cada dos por tres e insistimos en eso, pero tendremos que mejorar, no hay más remedio. En cuanto al juego y el nivel general del equipo durante el partido, estoy bastante satisfecho porque hemos hecho lo que hay que hacer".