A los jugadores de fútbol les suele gustar acabar sus días como profesional en las filas del club donde empezaron. Y tal es el caso de Miguel Pérez 'Michu'. El exdelantero, tras una dilatada carrera por distintos puntos de Europa y España quiso volver a casa para tratar de darle al Real Oviedo el ascenso a la máxima categoría.
De este modo, tras su paso por el Celta de Vigo, el Rayo Vallecano, el Swansea o el Napoli, Michu y su maltrecho tobillo acabaron recalando en el UP Langreo que ya entrenaba entonces su hermano Hernán. Allí se dedicó a recuperarse lo máximo posible de la grave lesión y, un año más tarde, se consumó la vuelta del hijo pródigo al club carbayón.
En una entrevista para Mundo Esférico, Michu explica que quiso poner su granito de arena para ayudar al equipo azul a alcanzar la máxima categoría, algo que para Michu es "lo mejor que puedo sacar de mi carrera. Yo he podido retirarme donde me han visto crecer. He podido despedirme del club del que soy aficionado, del que soy hincha, el que considero mi club y al que estoy eternamente agradecido también por haberme dado la oportunidad de aportar mi granito de arena para ver si se conseguía el ascenso a Primera".
Michu: "Eternamente agradecido por haberme dado la oportunidad de aportar mi granito de arena para buscar el ascenso a Primera"
Cuando Michu volvió a enfundarse la elástica oviedista no se esperaba que ese sería su último año antes de colgar las botas. "No lo había pensado, pero al final las circunstancias hacen que no rindas como esperabas y hablando con los médicos me dijeron que lo más recomendable era no seguir jugando al fútbol porque el tobillo estaba destrozado y al final tomamos esa decisión".
A pesar de todas las dificultades que atravesó, Michu asegura que la depresión no llegó a azotarle en ningún momento. "Lo que pasa es que es frustrante. Siempre me he considerado una persona con la cabeza bien amueblada y siempre he tenido la fortuna de estar bastante bien aconsejado por mi familia y por mis amigos. En este caso, en el momento de la retirada también por los médicos".
"Entre todos decidimos que lo mejor para el tobillo, ya que espero que me quede una vida larga (risas), era poner punto y final a mi etapa en el fútbol profesional. Tomamos la decisión y no hay ningún problema, la vida sigue y gracias a Dios puedo seguir ligado al fútbol", concretó el exdelantero.
La conciencia, tranquila
Michu aprendió en el Real Oviedo y en su familia que, hiciera lo que hiciera en la vida, tendría que dar lo mejor de sí en cada momento. Y, aun con todos los obstáculos que tuvo que afrontar, en su última etapa como oviedista no dejó de poner todo su empeño en hacer las cosas bien.
"Fue lo que me inculcaron desde pequeño, lo que me enseñó esta ciudad que amo por encima de todas las cosas", recalcó. "Me dieron la oportunidad de intentarlo y creo que han podido salir mejor o peor las cosas durante todos los partidos y todos los entrenamientos que he disputado durante mi carrera, pero me iba con la conciencia tranquila todos los días a la cama porque sabía que estaba dando todo lo que tenía dentro, y yo creo que cuando se da todo lo que tienes dentro, no se puede pedir más. Pero en todos los aspectos de la vida, no sólo en el fútbol", concluía Michu.