Llegaron los puntos

Durante los últimos partidos del Real Oviedo se dieron las mismas circunstancias. Unas buenas sensaciones que no se correspondían con resultados. En el primer partido de 2019, esa ecuación se alteró. Fallaron las sensaciones y llegaron los puntos. Anquela había sido claro en la previa: “Hay que ganar, es lo único que se pretende”. Y quizá en el partido en el que menos lo mereció, el resultado llegó.

El partido se puso rápido de cara. Tras una presión en tres cuartos, Javi Hernández siguió con el gran descaro que le acompaña. Pero el Oviedo no era capaz de mantener la posesión y la segunda parte se convirtió en un intercambio de golpes entre errores y balón parado. Los dos goles del Numancia llegaron en blandas defensas azules. Los dos del Oviedo desde el córner. Una baza que siempre había sido una rémora, pero que este domingo se convirtió en aliada para hacerse con los ansiados puntos en juego.

El fútbol volvió a demostrar lo caprichoso que puede llegar a ser y lo que puede cambiar una lectura de un partido y de una situación. Lo que parecía un oscuro panorama, que no debe ser olvidado no obstante, acabó en un posible punto de inflexión de cara al resto de temporada. No hay que olvidar que los azules dejaron escapar hasta en dos ocasiones una ventaja como visitantes, y de que para conseguir los tres puntos, tuvieron que anotar tres goles.

La situación clasificatoria no se alivia en exceso, pero tampoco se ve agravada. El primer paso está dado de cara a dibujar la línea recta, algo sin duda necesario. Hay tiempo para reconducir la situación, y el punto de partida está marcado.