En la temporada del Real Oviedo hay un antes y un después desde la llegada de Javi Rozada al banquillo azul. El ovetense tomó las riendas del equipo en la jornada seis, cuando el equipo carbayón era último y solo había sumado un punto. No fue un entrenador milagro, de los que convierte el agua en vino, sino que el equipo estaba sumido en una profunda crisis deportiva. Los avances y las evoluciones se fueron viendo día a día, y la situación se recondujo gracias al trabajo y sacrificio.
El Oviedo de Sergio Egea solo sumó un punto en cinco jornadas, mientras que el equipo de Javi Rozada ha sumado 21 puntos en 16 jornadas. De hecho, de la última posición ha ascendido a la decimoséptima al finalizar la primera vuelta. Los ovetenses han cumplido el objetivo a corto plazo, que era irse a las vacaciones de navidad fuera del descenso. Pero, ¿Cómo sería la clasificación si la liga hubiera empezado en la jornada que llegó Rozada al Oviedo?
En este escenario hipotético el Oviedo estaría en una posición mucho más tranquila y con mayor margen con el descenso. El conjunto carbayón sería undécimo con 21 puntos, con un a diferencia de cinco puntos sobre el descenso. Lo que es más importante es que los azules estarían mirando hacia arriba, y no hacia abajo. El play off estaría a tan solo dos puntos, y por tanto a menos de un partido.
El objetivo principal del equipo de Javi Rozada es llegar cuanto antes a los 50 puntos que certifican la salvación. Con la puntuación actual, el Real Oviedo ocuparía la misma posición en la clasificación del curso pasado al término de la primera vuelta. Si esto se repite en la segunda vuelta, la salvación estaría en los 47 puntos, es decir, a 25 puntos. (En la comparativa no cuenta el Reus por lo que los datos del Lugo son los que se toman en consideración).