El Real Oviedo ha tenido un rendimiento irregular en la primera vuelta. El desorden institucional no ha ayudado, con la salida de Michu y la llegada de su Arnau. En el banquillo también ha habido mucha inestabilidad. Sergio Egea duró cinco jornadas y con el argentino, se veía a un equipo apático que no transmitía nada.
Con Rozada la situación cambió. El equipo seguía en descenso, incluso le costó sumar la primera victoria, pero recuperó el alma. El cuadro carbayón tiene una identidad y una idea. El preparador ovetense se ha rodeado de una serie de jugadores que han formado el núcleo del equipo.
Con Javi Rozada, varios futbolitas han tenido un papel fundamental en el Oviedo. Borja Sánchez, Carlos Hernández y Juanjo Nieto entre otros. Estos jugadores no contaban para Sergio Egea y, terminada la primera vuelta, dos de ellos parecen capitales para el equipo.
También ha habido otros jugadores que han perdido el protagonismo con el que contaban en el arranque del curso. Diegui Johannesson acumula 15 convocatorias consecutivas sin estar en la lista, y su destino está fuera de la disciplina azul. Otro de los jugadores que ha desaparecido es Mossa. El lateral no estaba rindiendo a su mejor nivel y Christian le ha ganado el puesto.
En el mercado de invierno se espera que se de salida a ciertos jugadores que no están contando con minutos. Con esta liberación de masa salarial se va a intentar que lleguen jugadores que amplíen el círculo cercano de Javi Rozada, para evitar que el desgaste pase factura.