La situación en el fútbol se está empezando a desbloquear y se están dando los primeros pasos para que los equipos del fútbol profesional vuelvan a entrenar fuera de sus domicilios, y el Real Oviedo está comprendido dentro de ellos. El protocolo de actuación acordado entre LaLiga y la RFEF con la mediación del CSD establece una vuelta gradual en diferentes fases.
Ha habido varios jugadores que se han opuesto públicamente a la vuelta a los entrenamientos y a la competición por el riesgo de contagiarse con el COVID-19. Fali, jugador del Cádiz ha sido uno de los más reacios a volver a la competición y en las últimas fechas se le ha sumado Cejudo del Racing de Santander. Carlos Hernández se sincera sobre el tema: "Tengo miedo como es normal, al igual que toda esa gente que lo tiene y sale a trabajar y ayudar todos los días".
En caso de que se decida terminar la temporada se hará con total seguridad sin aficionados en las gradas de los estadios. Será algo a lo que todos los colectivos tengan que adaptarse. "El fútbol a puerta cerrada no es bueno para nadie, pero en la situación en la que estamos viviendo no se puede exigir nada porque esto no es culpa de nadie".
Los jugadores del Oviedo llevan más de un mes entrenando en sus domicilios y Carlos Hernández ha querido desvelar como es un día normal de confinamiento para él: "Cuando empezó no llevaba bien estar en casa encerrado. Aunque ahora llevo una rutina, saco a mi perro, entreno casi toda la mañana y por la tarde hablo con los amigos, familia y con mi pareja". Cada jugador ha tenido que tirar de ingenio para hacer los ejercicios de la mejor manera. En el caso del central consistió en delimitar una zona de entrenamiento. "Habilité una habitación solo para entrenar y dentro de mis posibilidades estoy haciendo todo lo que me mandan y me ocupa toda la mañana".