Asturias, a la cabeza en España: las claves para doblegar al coronavirus

Como todas las comunidades autónomas de España, Asturias continúa luchando contra la pandemia de coronavirus con trabajo arduo. La peor etapa de la enfermedad parece haber pasado, pero eso no permite bajar la guardia en ningún momento. Las cifras del virus en Asturias no han sido tan hirientes como en otras regiones y eso también se debe a que se adoptaron medidas que, a medio plazo, han dado buenos resultados.

Sobre ello informa este domingo El Confidencial, que da las claves de por qué la pandemia se han contenido de mejor forma en Asturias que en el resto de regiones españolas. Detrás de ello no hay ningún truco, es sólo trabajo constante y precisión para acertar.

El sector sanitario del Principado adoptó desde primera hora, incluso mucho antes del brote del virus en nuestro país, una serie de medidas que han dado resultados. Los expertos destacan que la más eficaz fue la de acertar con los test rápidos. Es decir, no realizar test de forma masiva, sino apuntando bien a quién se le hace, sobre todo a aquellas personas que han estado cerca de algún caso diagnosticado últimamente. La búsqueda era minuciosa, pero ha dado resultado.

Tanto es así que Asturias, si fuese un país, se situaría en el tercer puesto del ranking de la OCDE con 44,2 test PCR por cada mil habitantes. Otro de los aciertos fue el aislamiento de hasta 200 sanitarios que habían estado en contacto con contagiados o posibles casos positivos. Por aquel entonces podía parecer una exageración, pero ha quedado demostrado que sirvió para salvaguardar la salud de muchos sanitarios.

La rapidez a la hora de reforzarse también fue clave. Antes de que el HUCA se acercara a su pico de ocupación, ya se había instalado un hospital de campaña a las afueras, al igual que en Gijón y en Avilés. También parecía que aquello era correr más de la cuenta, pero mejor fue prevenir que curar.

Asturias ha tenido muchos aciertos durante la crisis del coronavirus, ese para el que todavía queda mucho tiempo por delante hasta destruirlo.