El Real Oviedo venció por la mínima al Sporting de Gijón en el derbi que cerró la jornada 5 en LaLiga SmartBank. Un duelo en el que todas las líneas del cuadro carbayón mostraron un gran nivel. Desde la zaga, con Simone Grippo y Christian Fernández haciéndose fuertes, pasando por el gran partido de Édgar González y el gol de Sergio Tejera. Eso sí, tampoco cabe olvidarse de la delantera, donde el trabajo de Samuel Obeng y, especialmente, de Gustavo Blanco Leschuk, fue fundamental.
Aunque cabe detenerse en la actuación del argentino. Y es que el ariete debutaba como futbolista carbayón en el partido más importante: el derbi. Eso sí, acostumbrado a jugar este tipo de partidos e incluso de haber escuchado sobre el césped el himno de la UEFA Champions League en más de una ocasión, no se arrugó. Y es que su personalidad fue determinante para que el Oviedo lograra llegar con cierta continuidad a terreno rival. Si bien las conducciones de Marco Sangalli y Nahuel Leiva dieron oxígeno, lo de Blanco Leschuk fue otra historia.
Y es que al menor atisbo de presión por parte del Sporting, la zaga oviedista despejaba orientado. Ahí, el espigado delantero cuerpeó con la defensa rival y bajó el balón en más de una ocasión. Su juego de espaldas a la portería rival dio muchas alas al Oviedo. Además, dentro del área se habilitó en un par de ocasiones y consiguió sacar sendos disparos peligrosos. La suerte del gol, eso sí, le fue esquiva. No obstante, fue una magnífica carta de presentación de todas sus virtudes. No cabe duda de que su fichaje da una categoría distinta al frente de ataque del cuadro carbayón.
#Nohaytregua en El Requexón 💪🏻⚽️
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— Real Oviedo (@RealOviedo) October 12, 2020
Vaya flipar con un jugador que en su mejor año sólo consiguió 9 goles jajjajaja