El que fuera entrenador del Real Oviedo Javi Rozada continúa muy pendiente de la marcha del conjunto azul, aunque lo hace desde la distancia. Actualmente sin equipo, el ovetense ha recordado su paso por la entidad carbayona y su salida del club.
En una entrevista en La Nueva España, Rozada ha explicado que sigue atento al Oviedo, aunque "al Tartiere no voy, pero veo todos los partidos en casa". "Salvo el del Leganés, vi todos. Ese día me falló la conexión de la televisión".
"El primer año, cuando me despidieron, lo pasaba mal viendo al Oviedo. Ahora disfruto cuando el equipo funciona", ha reconocido el extécnico del Real Oviedo que ha dejado claro que Ziganda es "un entrenador que conoce la categoría y tiene muy clara la igualdad que hay. Él quiere crecer. El año pasado el Oviedo estuvo todo el año en la mitad de la tabla, pero hubiese estado más arriba de no ser por determinadas decisiones arbitrales".
Asimismo, ha admitido que cuando se hizo cargo del Real Oviedo "sabía que no era la mejor situación. Para mí lo mejor hubiese sido coger al equipo en la pretemporada e incluso ser partícipe de la confección de la plantilla. Pero tenía que demostrar que era buen entrenador. No me arrepiento. Entrenar al Oviedo fue un orgullo".
Sobre su relación con Francesc Arnau ha explicado que "en Vallecas mi relación con Arnau se rompió" porque entró al vestuario, fue a por mí y tuvimos un rifirrafe grande delante de los jugadores. Luego lo arreglamos, pero ya no fue igual. Esa semana no hubo buen feeling. No me gustó que entrase al vestuario, pero esto es fútbol. Ante el Alcorcón perdimos y él tomó la decisión de echarme. Sabía que yo no podía dirigir el partido en Lugo y lo decidió".