Sensación de oportunidad perdida. Eso es lo que queda después de la derrota del Real Oviedo ante el Girona, la segunda consecutiva. Los de Ziganda reaccionaron a los dos golpes del cuadro local, pero fue tarde para sumar algo positivo en un feudo complejo.
Sin un dominador claro desde el inicio, fue el Girona el que golpeó primero a través de una genialidad de Álex Baena. El futbolista local enganchó un balón llovido de manera perfecta y la introdujo en la portería de Femenías, que ahí poco pudo hacer.
Tras el gol, el Oviedo intentó despertar pero sin una idea clara. El Girona cortocircuitaba los intentos del conjunto carbayón e incluso se asomaba por el área de Femenías en alguna que otra ocasión, aunque sin reseñar más ocasiones claras.
Quien si la tuvo fue Jimmy para empatar, pero Juan Carlos, con el cuerpo, despejó el esférico a saque de esquina. Con el resultado en contra para los azules se marchó el partido al descanso.
En la segunda parte, el Oviedo estiró líneas. Trataba de buscar la portería de Juan Carlos, pero no encontraba el camino con facilidad. Borja Bastón lo intentó, pero su disparo cruzado fue algo blando. Ziganda dio entrada a Borja Sánchez y Joni Montiel para refrescar el ataque.
Sin embargo, lo que llegó fue el segundo palo de la noche. Baena metió un pase en profundidad a Stuani y este no perdonó en el mano a mano ante Femenías. 2-0 y partido muy cuesta arriba.
Sin embargo, respondió rápido el Oviedo. Borja Sánchez anotaba tras un golpeo cruzado después de un pase largo. Golazo para meter a los azules en el partido con más de 17 minutos por delante. El Oviedo se lo creyó y pudo empatar, pero el potente disparo de David Costas lo repelió Juan Carlos con una gran estirada.
Pese a los continuos intentos, finalmente los tres puntos se quedaron en casa. Una derrota, la segunda seguida, que deja en el seno oviedista ese amargo regusto de lo cerca que ha estado entrar en la zona noble de la tabla. Aún queda mucho por delante.