El Real Oviedo cayó derrotado frente al Andorra de Gerard Piqué en su primer partido de la temporada en LaLiga SmartBank. Un encuentro marcado, en sus minutos finales, por la expulsión de Sergi Enrich y el gol de Pau Casadesús en acción de estrategia en los últimos minutos. No se puede culpar al ariete de la derrota, puesto que quedaban pocos minutos y el conjunto carbayón no estaba apenas sufriendo. Hasta el propio Bolo exculpa al balear de haber perdido el partido. Sin embargo, sí fue una pena para los intereses oviedistas, puesto que el punta estaba participativo y dejó un par de buenas acciones en los pocos minutos que disputó.
Y es que Sergi Enrich entró en el minuto 76. En ese tramo, con la defensa rival ya cansada, logró conectar un remate de cabeza a centro de Borja Bastón que se marchó fuera por menos de un metro. También logró controlar, de espaldas a portería, un balón en profundidad que cedió de manera inmaculada a Marco Sangalli. El donostiarra, mano a mano ante el portero, disparó con poca potencia y Lizoain lo atrapó sin dificultad.
Eso sí, poco después, Sergi Enrich fue a una disputa con los tacos, con tan mala suerte que llegó tarde e impactó con la espinilla de un rival. Un golpe que, si bien no fue intencionado, pudo ser peligroso. Entre la fuerza y la superficie de su pie con la que impactó sobre el rival, la sanción estaba clara.
Sin embargo, el árbitro principal del partido no vio la jugada. Tuvo que ser el VAR quien avisara a este de que se había producido una supuesta agresión. Rápidamente, Andrés Fuentes Molina acudió a la pantalla para revisar la acción. Muy pocas repeticiones le hicieron falta para castigar a Sergi Enrich con una tarjeta roja directa. Expulsión y un problema para Bolo, que perderá a una de sus principales opciones en ataque para el partido de la próxima semana ante el Leganés.